Las hipotecas y el timo de la estampita
Nos referimos a las informaciones que en los últimos días insisten machaconamente en que ya se está notando la bajada de tipos de interés en las hipotecas. Conozca la ingenua ciudadanía la falsedad de tales mensajes simplemente con un dato extraído de un solvente diario de economía de ámbito estatal: en mayo de 2008 el Euribor estuvo fijado en el 4,99 y el tipo medio de préstamo hipotecario oscilaba entre el 5,53 (bancos) y el 5,63 (cajas). Seis meses después, en noviembre, el Euribor bajó 0,64 puntos, pero el tipo medio del préstamo hipotecario subió entre 0,63 y 0,71 puntos con relación al del mes de mayo. Dicho de otro modo: el diferencial entre el Euribor y el tipo medio aplicado a las hipotecas podía alcanzar en mayo 0.64 puntos, pero en la actualidad ya se eleva prácticamente a los dos puntos.
Sin embargo nuestros gobernantes, que tienen poder para obligar a las entidades de crédito a un ajuste inmediato de los tipos hipotecarios a la realidad actual del precio del dinero –del mismo modo que lo tienen para inyectar buena parte del erario público en las entidades regidas por la codicia de los causantes de la crisis– optan por dos medidas, a cual más cínica: la primera, facilitar el alargamiento del plazo de amortización, con lo que el hipotecado acaba pagando al banco el doble del precio real de la vivienda; la segunda, descontar dos puntos las retenciones del IRPF en nómina con lo que, salvo en el caso de rentas muy bajas, el contribuyente hipotecado que por hallarse en apuros se acoja a esta «bicoca» se encontrará en junio con la desagradable sorpresa de tener que abonar al fisco de forma inmediata, bajo pena de grave sanción, la mayor parte del importe no retenido, debiendo ingresar el resto en los primeros días de noviembre.
Por favor, no más verdades a medias tan rentables para los banqueros. Es preferible que los sabios «minessotos» que lean esta carta nos ilustren convincentemente al respecto.
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