La gesta del "Plus Ultra"
Siguiendo la estela de Colón, tres pilotos y un mecánico españoles fueron los primeros en cruzar por aire el Atlántico Sur desde Las Palmas a Buenos Aires. En 1926 los aviones no tenían suficiente autonomía para recorrer las distancias de aquel vuelo, y por no haber en su ruta lugares donde aterrizar y repostar, hubieron de utilizar hidroavión italiano Dornier, que podía acuatizar en ríos y mares, y que tan bien conocían los pilotos; estaba dotado de dos potentes motores ingleses Napier y de todos los instrumentos necesarios para la navegación (derivómetro, radiogoniómetro, radiotelégrafo, altímetro...), al que llamaron “Plus Ultra”, uno de sus motores iba en proa y el otro en popa, y llevaban entre otros muchos repuestos hélices de dos y de cuatro palas para cambiar según las circunstancias, o en caso de rotura, como así sucedió.
Quien ideó y programó meticulosamente el vuelo fue el comandante Ramón Franco Bahamonde, el más joven, simpático y travieso de los hermanos Franco, pero cuya relación con Francisco no era demasiado cordial, dicen que en forma de montaña rusa. Los excelentes pilotos a quienes pidió le acompañaran se excusaron, de forma que por eliminación tuvo que contar con el inexperto Julio Ruiz de Alda, que actuó como radiotelegrafista. Sí que fue afortunado al conseguir como mecánico al muy experto J. M. Rada. Al tercer piloto, Durán, se lo impuso el alto mando, y hubo de aceptarlo a condición de que no hiciera el tramo más largo y azaroso del vuelo para quitar peso muerto; le llamaban el despensero. De lo que sí dispusieron fue de dos barcos de la Armada que, a su paso, les acompañaban “El Blas de Lezo” y el crucero “Alsedo”, con permanente contacto radiotelegráfico, y para carga y descarga de repuestos o descanso personal en toda la ruta:
el prólogo del vuelo fue desde Pisa, donde recogieron el hidroplano, hasta Palos de la Frontera. Allí empezó la travesía, recordando a Colón con una visita a la Rábida, y un sobrevuelo de su monumento. Las aguas del Río Tinto tan coloreadas como siempre, mientras duró la explotación de las minas de hierro. Se despega el 22 de enero y se ameriza en las aguas del Plata, en Buenos Aires, el 7 de febrero. Las primeras escalas fueron el Puerto de la Luz (Las Palmas) y Porto Praia en la isla de San Thiago de Cabo Verde, en el paralelo de Dakar. Durante tal recorrido no se alejaron de las costas de África y les alegró comunicar con la entonces española “Villa Cisneros”.
La verdadera travesía del Atlántico Sur, para la que requirieron el acompañamiento de los barcos citados, que adelantaban y esperaban por el camino, empieza en Porto Praia y acaba en la isla brasileña de Fernando Noronha, unos 2.300 km en trece horas de vuelo, a las que hubo de añadir tres por mar, porque a causa de una demora en Las Palmas perdieron el beneficio de la Luna llena y hubieron de recorrer por mar, y sin luz solar, los últimos cuarenta y cinco kilómetros. Es de justicia añadir que la primacía en ese recorrido entre Cabo Verde y Noroña la tuvo el hidro “Lusitania”, tripulado por portugueses. También contó el “Plus Ultra” con la ayuda constante de los alisios del NE.
Aún les quedaban 540 km para llegar al continente en Recife. A partir de aquí las etapas a Río, Montevideo y Buenos Aires fueron muy seguras y placenteras, permitiéndoles descansar y disfrutar del paisaje, de las ciudades de Bahía y Porto Alegre, y de La Cruz del Sur, allá arriba. Franco incumplió la orden caprichosa del general Miguel Primo de Rivera, de no hacer escala en Montevideo, lo que supuso el primer encontronazo con el dictador.
En todas partes, incluido Brasil, los españoles del “Plus Ultra” fueron recibidos como héroes, y agasajados hasta la fatiga. A su llegada a Buenos Aires también sobrevolaron el monumento a Colón, como homenaje y recuerdo. El recorrido total de los vuelos fue de 10.300 km, que les llevó 60 horas, en quince días contando las escalas, a una velocidad media de 172 km/h.
El "Plus Ultra" fue regalado a Argentina en estado precario, y sus tripulantes volvieron a España en el barco argentino “Buenos Aires”. Atracaron en el canal Alfonso XIII de Sevilla el 6 de abril; luego fueron a Madrid y días después al aeropuerto de Cuatro Vientos, donde recibieron un apoteósico homenaje con la imposición por el Rey de la medalla “Plus Ultra” al mérito aeronáutico. El problema fue que Primo de Rivera decidió infiltrase en la fiesta e hizo que primero le impusieran a él su laureada de San Fernando, robando así el protagonismo a los aviadores. Este hecho causó indignación y profunda amistad de Ramón Franco con el dictador. Por otra parte, dada la gran popularidad del aviador, Carmen Polo pasó de ser la esposa de Francisco a cuñada de Ramón.
El 15 de diciembre de 1930 tuvo lugar la sublevación de Cuetro Vientos, encabezada por el general Queipo de Llano, y, entre otros, por RamónFranco, que fracasó, y que finalmente le hizo coincidir enParís con los que habrían de ser líderes republicanos, como Prieto. Al proclamarse la República el siguiente 14 de abril regresan los exiliados, y Ramón Franco es nombrado director general de Aeronáutica Militar. A pesar de su distancia con su hermano Francisco y de su afinidad con aquella república de 1931, en julio de 1936 se unió al movimiento nacionalista, falleciendo en acción aérea sobre Mallorca, en 1938. Le habían precedido Durán en accidente aéreo sobre Barcelona en 1926, y el mando falangista, Julio Ruiz de Alda, fusilado en Madrid en agosto del 36.
Ajena a avatares y a filiaciones, la Gesta de “El Plus Ultra” sigue viva.
José María Izquierdo Ruiz
Oviedo
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