Amado mío
La película "Gilda" interpretada por Rita Hayworth tuvo un rotundo éxito en los años 40 del siglo pasado y su célebre canción "Amado mío" se hizo extraordinariamente popular.
Tan popular que un formidable jinete español, comandante de Caballería entonces, Fernando López del Hierro, compró un formidable caballo francés, apodado "Calabrés", y le rebautizó con el nombre de "Amado Mío", en un sentido homenaje a la canción de este nombre, magistralmente interpretada por la diva de Hollywood del momento, Rita Hayworth.
No hace falta tener mucha imaginación para saber las razones que impulsaron a mi tío a rendir tal pleitesía a la película de Charles Vidor en la figura de su recién adquirido caballo, y no fueron otras que las seductoras imágenes de Rita Hayworth interpretando una canción que debió enamorarle.
"Amado Mío" estaba predestinado a hacerse tan internacional como la canción y lo hizo a su manera, batiendo el récord de salto de longitud a caballo, con un extraordinario salto de 8,42 metros, aunque quedara homologado por la Federación Ecuestre Internacional (FEI) en los 8,30 metros que era el récord a batir.
Un récord que nunca ha sido oficialmente batido, a pesar de que la FEI se lo adjudicó a un caballo que saltó 8,40 en Johanesburgo, sin que, al parecer hubiera un Jurado Internacional para validarlo, como exige la normativa oficial. De hecho, la Federación Francesa, al ser "Amado Mío" un caballo francés, nunca reconoció el récord de Johannesburgo.
Ahora este asunto está encima de la mesa de los presidentes de la Real Federación Hípica Española y de la Federación Ecuestre Internacional, quienes tendrán que manifestarse, y no esperamos otra respuesta que la recuperación para España del récord del mundo de salto de longitud a caballo logrado en el Real Club de Polo de Barcelona, en 1951, ante un Jurado Internacional, por el entonces comandante de Caballería Fernando López del Hierro, récord que 68 años después no ha sido superado.
No quiero terminar esta carta sin contarles una anécdota que saben muy pocas personas y que he recibido de una fuente totalmente fiable, que no es otra que mi prima Cristina López del Hierro.
Ocurrió en el Club de Campo de Madrid, en una entrega de premios de la Copa del Generalísimo, que ese año ganó López del Hierro con su caballo "Amado Mío". Al subir al palco de autoridades a recoger el premio que entregaba el propio Generalísimo, este le recibió con la siguiente frase. "¿No le parece un poco frívolo que a un caballo del Ejército se le llame 'Amado Mío'?", a lo que López del Hierro, cuadrándose, contestó: "Mi general, este caballo no es del Ejército, es de mi propiedad", y la anécdota no pasó de allí, afortunadamente para mi tío Fernando, que se temía lo peor.
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