La Nueva España » Cartas de los lectores » Recordando a Joaquín Vaquero Turcios...

Recordando a Joaquín Vaquero Turcios...

20 de Abril del 2010 - Heradio González Cano, (Oviedo)

No estaba en mi particular agenda escribir algo ante la para mí inesperada muerte de Vaquero Turcios, menos una necrológica, pues no hace mucho tiempo lo saludamos diciéndole: "Juventud, divino tesoro...", como casi siempre suelo saludar a queridos asturianos que como yo, ya nos volamos "primaveras", las 70. Mas no puede ser de otra manera. Apreciamos mucho al poeta del pincel y del cincel para no dejar escrito, ocultando un sentimiento, a quien llevaba en sus venas mucho de la sangre de Rubén, su inmortal ascendiente, venida ella por la de su querida madre, Rosa Turcios Darío, tío carnal, hijo de la otra Rosa que le diera la vida al aeda errante nicaragüense... Nos confiesa el en apariendia desaparecido: "Mi madre se parecía mucho a Rubén... cuya presencia en la familia era totémica...". Bien recuerdo cuando por casualidad nos conocimos, ha más de tres lustros, se hospedaba frente a la Universidad en un hotel ovetense... Alguien por la calle me dijo que un familiar de Rubén, llamado Joaquín andaba por la ciudad, y sin haberlo visto nunca, con toda mi cara de matagalpa-chorotega, parecida a la de su indoamericano ancestro, en el hotel Principado a media mañana en información con todo respeto solicité su presencia; impensadamente, bajando a recepción, al verme de lejos, no sé por qué, sin aún saludarnos, extendió su mano sonriente..., sus ojos muy abiertos se fijaron en los míos, hablando de esta suerte, más bien susurrando entre dientes: "Su cara, me parece que ya la conozco..., o me recuerda a alguien, ¿Nicaragua será su patria?"... Así una vez identificados, conversando largamente, nacimos a una sincera amistad, pareecida a la que un día tuve con otro inolvidable amigo, don Emilio Alarcos.

Pasado un buen tiempo, propiamente, otra vez en Oviedo, la tarde del 28 de mayo de 1999, cuando el grato amigo y gran poeta de Boal, Carlos bousoño, presentara junto con él su libro "Vaquero Turcios", nos volvimos a ver, aunque más de alguna vez nos saludábamos telefónicamente. La presentación de dicho libro al alimón fue de total éxito... Y me fue obsequiado con esta dedicatoria: "Para Adrián Heradio compañero rubeniano y compatriota con afecto. Vaquero Turcios, 28-V-99"... "Para Heradio, con un gran abrazo de su amigo. Carlos Bousoño. 28-V-99". Y ojeando ligeramente el libro, sus 297 folios de la edición de lujo por Nobel, se fijaron mis ojos en los retratos magistralmente realizados pro su genial autor, así como dibujos, donde podemos ver a Juan Gris, Alberto Moravia, James Joyce, Juan Ramón Jiménez, Fray Angélico, Verlaine y Rimbaud, Jorge Luis Borges, Orwell, San Juan de la Cruz, Quevedo, Góngora, Neruda, Erasmo de Rotterdam... Preguntando al final, aquí no aparece Rubén, esperaba un retrato émulo del de Vázquez Díaz; ripostando el pintor de soberbios murales y obras escultóricas; "aparecerá otro día"... Tampoco aparece el de su querida mamá, cuya redonda e indiana faz, con anteojos, se puede ver en un retrato periodístico cuando "el homenaje a su tío Rubén Darío" en San Juan de la Arena (LA NUEVA ESPAÑA, domingo 4 de enero, 1970) al descubrir una lápida del autor de "Sonatina", en cuyo discurso se dijo un inquerido error: "Su primer contacto fecundo con Asturias lo tuvo Rubén Darío siendo aún muy joven a los diecinueve años. Acababa de morir don Ramón de Campoamor cuando Darío llegó a Chile...". Pues todavía el glorioso bardo de Navia estaba vivito y coleando. Rubén arribó a la hoy terremoteada Chile en 1886, permaneciendo allí hasta 1889; abrazándose después con el "muerto" en Madrid, en 1892, cuando se festejaba en la capital de las Españas el 400.º Aniversario del Descubrimiento de América. Además con la poesía, "Este del cabello cano / como la piel del armiño...", no gana el premio compartido de Federico Varela, rico home que lo patrocina, sino su "Canto épico a las glorias de Chile" que firmara con el pseudónimo que muchas veces usaba en su tierra natal, Ursos.

Ojalá que en las tres generaciones de sus hijos habidos con su esposa enlutecida doña Mercedes, en que ya brillan sus luces artísticas, siguiendo las huellas del abuelo y padre, pinten un retrato o consagren en una escultura a su cercano familiar, incluso junto a la de don Joaquín "Palacios-Turcios", y depositarla con todos los honores en el Campo de San Francisco de la vetusta y magnífica ciudad. Bien que lo merece el "tío Rubén" ¡!

Heradio González Cano, abogado, poeta y escritor nicaragüense,

Oviedo

Cartas

Número de cartas: 45941

Número de cartas en Septiembre: 45

Tribunas

Número de tribunas: 2083

Número de tribunas en Septiembre: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador