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La hipoteca de la deuda

9 de Abril del 2010 - J. Jesús J. Suárez González (Gijón)

Ya todo el mundo sabe que fueron los impagos de las hipotecas basura (sub prime) el detonante de la crisis, aunque mucha gente sigue sin querer admitir que fue la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y la sobreproducción industrial, por la falta de planificación, las verdaderas causas. Podríamos decir allá ellos, sino fuera porque vamos a ser nosotros, los ciudadanos, los que vamos a pagar los platos rotos.

Nos vamos a referir solo a España porque quizá sea este país donde las cosas se han llevado al extremo. Todos sabemos de las brutales subidas de los precios, (cuando los irresponsables aprovecharon el cambio de moneda y la economía se recalentaba por la demente política del crecimiento basada en el ladrillo), y que los salarios crecían muy por debajo del valor real de la inflación. Los trabajadores y los que, al menos en teoría, los representan lo toleraron y ahora pagamos todos las consecuencias. Aquí se ha vivido con una alegría estúpida. El trasvase de rentas del trabajo al capital ha sido constante durante los últimos 15 años, a cambio, los que lo permitían, tenían un porcentaje en el cambalache. Los gobiernos del PP y del PSOE y los sindicatos son responsables de muchos de los males que ahora padecemos. Aquí tampoco hubo un José, como en el relato bíblico, que hiciera acopio de grano para cuando vinieran las vacas flacas. Derrocharon las empresas, incluidos los bancos, derrocharon los ciudadanos y, lo que es peor, derrochó el Estado. No vamos a repetir aquí como se repartía el dinero cuando llegaban las campañas electorales. También había otros gastos inasumibles para cualquiera que tenga dos dedos de frente. Cientos de miles de personas viviendo de subvenciones, como el PER, cientos de miles de prejubilados y retirados por enfermedades (para nada nos referimos a los que una enfermedad real los ha apartado de la vida laboral) que solo los invalidan para trabajar, sumemos una sangría bestial a los servicios sanitarios, al universalizar la medicina, cuando mucha gente que se aprovecha de ello tiene cuantiosos ingresos en la economía sumergida, o la Ley de Dependencia, imposible de financiar. Papá Estado se convirtió en el borracho y ludópata derrochador que deja a sus hijos sin alimentos. Todos dejamos que enfermara hasta ese punto.

Se acabó la diversión, pero son muchos los que no quieren darse por enterados. Después de tantos años viviendo por encima de nuestras posibilidades se hace duro apretarse el cinturón. Las empresas quieren seguir teniendo los beneficios astronómicos que tenían y muchos trabajadores sin escrúpulos quieren seguir chuleando al Estado. El Gobierno sigue pensando en obtener recursos para gastar alegremente, medidas como la subida indiscriminada de impuestos (IVA) van por ese camino. Que gran error.

Las administraciones siguen sin recortar gastos donde verdaderamente hace falta. Con la caída de los ingresos, nos están hipotecando de por vida. No solamente habrá que estar pagando la vivienda durante muchísimos años, también la deuda que el Estado está asumiendo, incluida la que estos días el Gobierno de Zapatero ha firmado con varias empresas privadas de la construcción. ¿Se trata de endeudarse para invertir en modernizar nuestras empresas y propiciar la revolución industrial que nos es imperativa para salir de la crisis?, nada de eso, se busca crear rápidamente puestos de trabajo (las elecciones están cada vez mas cerca) en obras públicas e iniciativas disparatadas como el Plan E. La hipoteca de la Deuda la pagaremos muy cara.

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