Los Stuyck, el arte y la tauromaquia
Los Stuyck han dirigido la Real Fábrica de Tapices, fundada por especial deseo del monarca Felipe V, desde hace hace más de dos siglos, y han logrado mantenerla en pie varias generaciones a base de trabajo y trabajo, a pesar de las dificultades financieras y del poco apoyo que recibían de las instituciones.
Yo tuve el privilegio de trabajar en ella con apenas 16 años, gracias a la generosidad de mi tío Gabino, que era entonces el director de la Fábrica, y de su hermano Carlos, muy conocido en diferentes ambientes sociales del Madrid de la época.
De la etapa en la que estuve trabajando en la Real Fábrica de Tapices, recuerdo a mi tío Gabino, entonces director de la Real Fábrica, mostrándome orgulloso unos dibujos para tapiz originales de Goya, que, como tantos otros maestros, depositó su arte en tapices hechos en la Real Fábrica, que se encuentran en colecciones y museos de todo el mundo.
Por todos estos motivos, no he podido evitar hacer este recordatorio porque fui testigo de las dificultades financieras de mis tíos para proteger tan histórico legado, así como las de mi primo Livinio, el que fuera su último director y heredero de una deuda que no pudo superar, a pesar de su empeño, por lo que la Real Fábrica pasó a manos públicas, y desde entonces el apellido Stuyck solo es noticia por el término "okupa" que desde hace tiempo se le viene adjudicando a mi querido primo Livinio.
Y ya que hablamos de la familia Stuyck, no estaría de más recodar que la famosa Feria Taurina de San Isidro, que ahora ofrece carteles durante todo el mes de mayo, fue una inspiración de mi querido tío Livinio, que, en su calidad de gerente de la plaza de toros de Madrid, instituyó la feria, en su primera edición con apenas dos corridas, y en la actualidad con más de 30 festejos a lo largo del mes de mayo.
Tendría muchas más anécdotas que contar tanto de la Real Fábrica de Tapices como de la Feria Taurina de San Isidro y de mi tío Livinio, pero ya sé que me he excedido del espacio disponible para una carta al director. Solo quiero desear a mi primo Livinio y a su familia que encuentren, en esta nueva etapa, la tranquilidad y el sosiego que deben necesitar para afrontar el futuro.
A mis primos, los Stuyck Collado, mi cariñoso recuerdo hacia su madre, la tía Paulina, y hacia su padre, mi querido tío Livinio Stuyck Candela, una persona entrañable que nunca quiso protagonismo, pero que tendrá que ser recordado, con el permiso de los antitaurinos, como el propulsor de la Feria Taurina de Madrid, de fama mundial.
Y a todos los Stuyck de la familia, un enorme abrazo, en la confianza de que esta carta pueda servir, al menos, para decirles a todos mis primos y sobrinos que, aunque no nos vemos hace tiempo, les recuerdo a todos con cariño y agradecimiento por lo mucho que he recibido de ellos y, en su momento, de mis tíos.
Todos ellos personas muy honorables a los que, desde esta humilde tribuna, les envío mi máximo respeto.
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