La Nueva España » Cartas de los lectores » Un peatón en Cangas del Narcea

Un peatón en Cangas del Narcea

13 de Abril del 2010 - Avelino García Arias (Cangas del Narcea)

Un sábado a últimos de septiembre en Cangas del Narcea, pero podría ser cualquier otro día u otro mes la cosa sería mas o menos igual. Después de cenar salgo a dar una vuelta, hace buena noche y ¿porqué no aprovechar los últimos coletazos de este tiempo de verano? Ya llegara el invierno para quedar en casa. Vivo algo apartado de Cangas y voy a relatar mi viaje; no es una gran odisea pero es mi odisea, la mía y la de muchos y muchas otros y otras, la que vivimos todos los días para llegar al centro del pueblo.

Salgo de casa y al llegar a la unión de la calle Sta. Bárbara con la Avda. del Acebo veo el pequeño jardín que hay allí con una planta que me parece muy rara. La planta en cuestión tiene cuatro ruedas, tubo de escape, cristales y todo esas piezas mas propias de un coche que de una planta, a mi me parece un todo terreno. Pero ¡No puede ser! ¿A quien se le podría ocurrir meter un coche en medio de un jardín? La autoridad nunca consentiría eso. Debo de tener la vista cansada.

Cruzo la carretera; tengo que decir que aquí los pasos de cebra no abundan, aunque total, como no se respetan. ¿Para que gastar pintura? Pues cruzo por el medio de la carretera, no me queda otra y la verdad no se para que porque al llegar a la acera esta literalmente tomada e invadida por farolas, coches, todo terrenos, una especie de bancos de cemento, escalones de un portal construidos en medio de la acera. En fin, este debe de ser el parque ese multiaventura que querían hacer en Rengos y del que tanto se habló y que nunca se vio. ¡Vaya acera! Entonces, por no pasar por encima del capo de los coches, que eso no se debe de poder hacer -¿o si?- salgo a la carretera y sigo por ella hasta que voy llegando a la curva. Como del otro lado y en medio de la carretera en plena curva hay coches aparcados los que suben y bajan tienen que hacer verdaderas filigranas para cruzarse. Entonces no tiento a la suerte; se que entre dos coches y yo, quien pierde voy a ser yo e intento subirme a la acera ¡Y lo consigo! Paso de lado entre dos coches esquivo la bola del remolque y el espejo retrovisor de un todo terreno (que grandes les ponen los espejos, parece el de un vestidor) Me subo a uno de esos benditos pegotes de cemento y ladrillo que hay en medio de la acera y desde ese improvisado trampolín salto a un portal que tiene los últimos tres o cuatro escalones construidos en medio de la acera, suelo público me imagino.. Pero bueno, esto es Cangas, aquí se suelen hacer estas cosas y no pasa nada. Al fin, ¡prueba superada! Gracias a Dios hoy no pasó nada, no quiero imaginarme una mujer con un carro o una persona mayor con bolsas de la compra a alguien con muletas lo que tendría que pasar hasta superar esta prueba y lo hacen, lo hacemos todos los días. Bueno, esto ya esta. Enfilo la acera y todo dentro de lo normal en lo que alcanza la vista un furgón y otros tres coches en doble fila. La avenida del Acebo parece una discoteca de tantas luces de coches con los cuatro intermitentes puestos. Serán emergencias supongo ¿Qué supongo? ¡Por supuesto que si! en Cangas nadie deja el coche en doble fila si no es por una necesidad apremiante como tomar un vaso de vino, ir al cajero, saludar a un amigo o cosas así de urgentes hasta tratar un xato tengo visto y oído yo. Al llegar un poco más abajo, a la izquierda, en otra zona de uso común para vecinos y peatones (se supone..) hay dos todo terrenos. Total, estos pisos tienen el salón grande, la gente que se reúna en su casa ¿Que coño quieren bajar a la calle? Mejor para los coches y con las ruedas llenas de barro que como aquí andamos tan sobrados de barrenderos. En fin, revalorizando el barrio y dejando bien claro lo que somos y cómo somos. Cruzo la entrada para unos garajes; está mas o menos libre y en la otra entrada que hay para el barrio otro coche, ¡milagro, coño! La gente que pase por en medio del prado si las mierdas de perro lo permiten, que esa es otra. Esta prueba también está superada. Sigo. Llego un poco más abajo. Hay un jardín, con fuente que ya no hecha agua la pobre, bancos y unos árboles, esta muy concurrido Tres coches y una moto aparcados en él, un banco arrastrado para poder subir los coches a la acera y una jardinera de cemento reventada y sujetada con unos tornillos de moverla para poder meter los coches. De gente, ni rastro, claro, ¿Quién se va a sentar ahí? Como no se sienten encima de los capós de los coches, los crios que se queden en su casa!! ¿No tienen la play? ¿Y la gente mayor? ¡Que se sienten en el sofá, que está blando! Los bancos son duros, tanto salir a la calle ¡vicio es lo que tienen!. Bueno, pues sigo, un poco más abajo un paso de cebra muy bien custodiado; un flamante BMW en un extremo y un bestial todoterreno que parece una excavadora de grande que es por el otro. Imposible pasar por él. Pero bueno, hay mas pasos de cebra, ¿porqué tenemos que usar ese? ¡Que mal acostumbrados estamos! Sigo; (no voy a decir el humor que llevo.) Y ya llego al apoteosis final. La curva de la parada de taxis. Bueno, será la parada de taxis pero esta llena de todo terrenos subidos a las aceras en toda clase de posturas imaginables con carros, perros, jabalíes y corzos despanzurrados. Los taxistas están trabajando y tienen que aparcar por donde pueden, el resultado es digno de ver. Una curva con un solo carril un lado de la carretera que parece un medio aparcamiento de toda clase de coches carros perros y también con un montón de animales muertos ensangrentados y destripados de exposición Espectáculo dantesco donde los haya. En esto que pasa un coche con unas luces en el techo y un escudo pintado en la puerta, ven todo esto y no dicen ni hacen nada, igual se puede hacer y yo sin enterarme y bajando andando porque tengo miedo a no tener sitio para dejar el coche , si aquí se puede aparcar en cualquier sitio. Me imagino la gente que sale de su casa, de su portal y ve en su acera de su calle y de su pueblo al que pagan sus impuestos ese percal ¿Que pensarán? ¿Que pensarían ustedes? Y en esos bloques vive mucha gente y tienen, tenemos que aguantar esto un día si y otro también.

Bueno después de pasar todo esto llego al paso de cebra que hay en el Paseo y cruzo, este sin problemas, no se porque este se respeta y los otros no. A mi me parecen iguales pero bueno igual no lo son ¿Qué se yo? En fin, bajo por esa especie de cheiron o pedregal o pedrero en que convirtieron la calle Suárez Cantón (y muchas otras) lleno de señales de prohibido aparcar y lleno como no de coches aparcados Pero bueno consigo pasar y por fin llego a la calle mayor. ¿No esta mal? ¿O que les parece? Como todavía es algo temprano decido ir hasta la plaza de La Oliva a ver lo que hay, me cruzo con una pandilla de chavales y chavalas jóvenes, demasiado jóvenes diría yo cargados de bolsas llenas de botellas de un conocido supermercado que se pierden por las escaleras de la calle de La Fuente, me imagino que al prao del Molín pero bueno eso a mi no me importa; sigo por la calle mayor, llego al cruce y no me asomo al medio de la calle porque a pesar de ser dirección prohibida hay bastante trafico la verdad debe de ser que al ser sábado las señales de trafico no funcionan Vaya usted a saber Pues nada, voy bajando hasta la plaza y consigo ver a duras penas sepultadas, escondidas y enterradas entre un montón de coches la Iglesia y la Casa de la Cultura (Que lo será algún día, supongo y espero) Lo de esta gente si que es tener suerte, encontrar un aparcamiento céntrico un sábado en Cangas, bueno suerte y habilidad porque entre las jardineras los bancos las farolas y los pivotes llenar toda la plaza de coches sin que coja uno mas, (¡Porque literalmente no entra ni otro!) Es toda una hazaña vamos de libro Guinness.

Bueno pues esta es la historia aunque no toda, solo la mitad, porque todavía tengo que volver a subir a casa y créanme: todo parecido con la realidad en este caso es muy pero que muy cierto.

Cartas

Número de cartas: 45941

Número de cartas en Septiembre: 45

Tribunas

Número de tribunas: 2083

Número de tribunas en Septiembre: 5

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador