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Recordando a Eugenio Suárez en su centenario

17 de Julio del 2019 - Antonio Parra (cudillero)

Eugenio Suárez fue un eminente periodista manchego que acabo sus días, ya nonagenario, en Salinas (Castrillón), creador de la prensa del corazón, no la carroñera que llena de carnaza nuestros hebdomadarios, sino aquellas cuatricromías que exaltaban la elegancia y la belleza de una sociedad que miraba al futuro. Fundó "Semana" pero, sobre todo, fue autor de un libro como "Corresponsal en Budapest", que debiera ser una manual de referencia para la historia desapasionada y objetiva lejos de la propaganda. Había nacido en Daimiel en 1919 hijo de un médico y en el seno de una familia acomodada, hizo la guerra con Falange, su aspecto era el de un señorito bon vivant con gran visión para los negocios. A su regreso a España desde Hungría, un país (llegó a dominar el húngaro, un idioma dificilísimo según me advirtió en su día Jesús Pardo, el corresponsal de "Madrid" en Londres) que amaba, dejó de pertenecer a Falange y se dedicó a la crónica negra.

Editó un periódico que imitaba a la prensa amarilla de Fleet Street: "El Caso", que fue la publicación de mayor tirada en España. Es más conocido como el fundador de la prensa amarillista, pero la historia parece empeñarse en pasar de largo ante su gran libro sobre sus vivencias en una Budapest bombardeada por los norteamericanos. Los B52 acabaron con una de las ciudades más bellas de Europa, las casas de los semitas tenían pintado en la techumbre un lazo amarillo y allí los poderosos Fortalezas Volantes se inhibían de arrojar metralla.

Fue uno de los primeros corresponsales falangistas cuando España pudo tener una visión propia y no sectaria del mundo. Una larga lista en la cual figuraron Luciano Cifuentes, Celso Collazo, Rodrigo Royo, Pérez de Las Clotas, Rufo Gamazo, Ismael Herraiz, Eugenio García Serrano, Enrique Laborde, José Luis Balbín, Lalo Azcona, César Santos, Paco Eguiagaray, Félix Ortega, Andrés Kramer. Modestamente he de incluirme en el cupo porque cerré la oficina de la Prensa del Movimiento en la ONU y la corresponsalía en Washington. Yo conocí a Eugenio Suarez, fue nuestro maestro y recuerdo una entrevista que le hicimos en Salinas. Estaba sentado en la playa delante de su máquina de escribir, aporreaba el teclado de su Olivetti. El genio nunca muere. Los periodistas y los curas no nos jubilamos nunca. Quiero rendir memoria y homenaje a Eugenio, un verdadero pionero que abrió sendas en nuestra profesión hoy tan prostituida.

Murió al pie del cañón y dejó una obra importante aunque volandera circunscrita a cientos de entrevistas, reportajes y alguna novela, pero su "Corresponsal en Budapest" es un no va más. Vivió los acontecimientos de primera mano y salió de la bella ciudad destruida por los Fortaleza Volantes americanos poco antes de que entraran los rusos.

Con San Briz, en sus crónicas creó un flujo de conciencia en Madrid para que el Gobierno de Franco diera el pasaporte español a los judíos. Organizó de esa manera una diáspora que salvaría muchas vidas. No influyen en su conducta razones religiosas o políticas. Simplemente humanitarias.

Catalina Karady fue fusilada por guardar una emisora clandestina en el fondo de un piano. Budapest -estado de animo reinante-, Hungría bajo los alemanes se refugiaba en la primavera. En los cabarets se bailaba como antídoto contra las preocupaciones imperantes. La guerra puso en circulación el baile. Budapest está circuida de siete colinas que se cubren de flores y de fragancias en primavera.

Moisés condujo a su pueblo hacia mejores lugares. Cuando lleguen las Fortalezas Volantes y los Liberator. La cocinera que pesaba 110 kilos y había que auparla. Vieja dama que teme más a la Gestapo que a los aviones. La bajada al refugio con un fajo las cartas de amor, los billetes de banco, las joyas. Cantaban las cigarras. Tener engrasadas las escopetas de caza. Estallaban las flores de los antiaéreos. Funcionaban los teatros y el circo cuya mayor parte de autores eran hebreos. Embrutecimiento bélico. La carlinga de un Stuka proyectaba su sombra sobre las aguas del Danubio. Casas colmena de escasa resistencia. Hacer el tapiz o bombardeo meticuloso. Los yanquis acabaron con la avenida Andrassy de Buda. Mirar con indiferencia a las mellas que dejaban las bombas. Cintas luminosas de las trazadoras en la noche en festejo pirotécnico. La aviación roja carecía de bombarderos. Besaravia y Bucovina, donde los rusos son malquistos. Cardenal Seredy primado carta pastoral. Asalto a las iglesias católicas de hebreos pidiendo el bautismo. No eran gaseados ni fusilados y por eso la gente hizo lo posible por entrar en el redil de Cristo, que era la verdad y la vida. Otras confesiones cristianas hicieron muy poco por los hebreos perseguidos. El clero católico salió valerosamente en defensa de los perseguidos por la verdad y la justicia. Bela Imredy. Cruces flechadas de Nyilas. Tras-poder. Imredy era autor de las leyes antisemitas y era nieto del rabino de Bratislava. Mangold, el refugiado húngaro lo mismo que Keystone Nemes, que encontró refugio en España. Cruz flechada y movimientos de pueblos para traer a trabajar a Alemania. Cruz lanceolada. Allí comienzan las sorpresas. 14 de noviembre de 1944, Horty dice no a Alemania. La población de Budapest había aumentado en más de un millón de personas. Problemas de alojamiento, sanitarios, de alimentación. Se dejó sentir el hambre. El servicio de escuchas se dejó de sentir. Los protegidos pasaron a ser protectores. Tanques Tigris. En el aire un olor a tragedia. Partida de criminales de uniforme, idolatras de la disciplina se veían desbordados. Exterminio de bocas inútiles. Las SS asesinaban a todo aquel que no les pareciese ario. Cuarenta fusilados en el hotel Ritz hebreos en manos de sus victimarios. El miliciano del pueblo en armas los nylas. El regente Horthy fue arrestado y trasladado a Alemania. Estos partidos místicos que exigen martirologios. Muestran un fervor que no sienten pero que les sirve de patente de corso para el asesinato, el robo y el escalo de los puestos de la Administración. Tienen demasiada masa amorfa. Eugenio Suárez critica a Falange. Jefes de prensa que trataron con otros periodistas como Xavier de Echarri, Pedro Mourlane Michelarena de hidalga apostura y la agudeza andaluza de Enrique Llovet, invitados por Hungría en 1943. El periodista ha sido demasiado duro y cuando moje la pluma se lo pensará dos veces. Sobornos y almuerzos en el Savoy. Larga cuerda de judíos que pasaba por la calle. Todos con las manos en la nuca, los hombres primero. Un camión alemán de cinco toneladas aceleró la marcha contra ellos. Abandonó Budapest semana antes de caer en manos de los rusos y un alborozado ministro de Exteriores que le hablaba de revolución. La ciudad más bella de Europa y de más atractivo para el forastero. Hungría no tuvo suerte. Del GPEU a la Gestapo. El director de "Arriba España" me llamó cosas feas. Hacer tabla rasa de todas las seducciones. Anhelo de relojes, el kurdo disparando contra un despertador. Comer, bailar, saber del curso de las nubes, el barask, manadas de caballo en la inmensa puszta y los fata Morgan. La corona de San Esteban. Es un país aristócrata nato donde hasta el último campesino tiene maneras de rey. La carta del cardenal Justinian Seredy es elocuente de cómo la Iglesia defendió a los judíos en aquella instancia. Goering tenía intereses allí. Vitez, héroe. Treinta siglos de refinamientos talmúdicos. Ángel Sanz Briz, secretario de legación en Budapest, y el ministro Miguiso. Horty es invitado al cuartel general. Hechos consumados. El regente Horty vuelve cuando Budapest ya había sido ocupada. Un vagón cargado de judíos de Trieste y de Fiume llega a Budapest. Esto se está haciendo fuera de las miradas de las gentes. Bañarme en las aguas del Jordán de la caridad. Ideas quijotescas. Entonces se empezó a esparcir la noción de España tierra de acogida. El Gobierno Kallay y sus campañas antisemitas. Brazalete amarillo o blanco. La invasión alemana del 21 de marzo de 1944. Muchos se suicidaron. Las purgas duraron un mes. Leyes antisemitas. Estrellas amarillas de ocho puntas y de diez centímetros de seda o lazos amarillos de terciopelo. Parecen haberlo copiado los catalanes. Humillación, baldón, desprecio. Eugenio Suárez era corresponsal del "Arriba", no olvidemos el dato. Se abrieron las puertas de los conventos y seminarios a los judíos perseguidos. Un periodista hasta llegó a disfrazarse de cura. Las salas de infecciosos de los hospitales se llenaron de judíos, lamentaciones talmúdicas, los bombardeos en la oscuridad y lo incómodo de la vida en el ghetto, odios vitamínicos, las delaciones, forzar fronteras y la libertad de todas las cosas que se vuelven prisioneros, la represión organizada por la Gestapo. Cada mañana conducciones de hebreos a la estación del norte de Budapest, cincuenta personas por vagón que eran cerrados y sellados a plomo, cada viajante con un hato de solo tres kilos de peso. Lo puesto y los relojes y las estilográficas que servían para el mercado negro. Los niños perecían de inanición, las mujeres de asfixia, los hombres se desesperaban. Al fin se abría la puerta y una ráfaga de ametralladora saludaba su llegada. Destino Auschwitz. Las cámaras de gas les ahorraban a los asesinos munición. Y los cuerpos valían para los experimentos científicos. Es el primer libro donde se da fe de la existencia de estos centros de ignominia. No hay signos premonitorios. Los grandes traumas no acontecen de improviso. Política de protección universal al perseguido. Esto va a significar mucho en la política exterior de Franco. Es la tesis a la cual se enfrenta mi libro en que gloso esa misma idea en la que abunda mi predeciros en Pyresa y maestro. No es negacionismo, sino el afán de aquilatar deslindando los cauces de la propaganda del río de la verdad objetiva. En esta historia hubo buenos y malos. Cuando las potencias occidentales, Churchill, Roosevelt, de Gaulle, etc., no movían un solo dedo por salvar a aquella población perseguida, en el régimen de Franco tuvieron un valedor, un salvavidas y un salvoconducto. "Mi Franco y Sefarad, ¿un amor secreto?" y "Corresponsal en Budapest" son al respecto dos testimonios importantes. Siempre será muy peligroso trastocar el amor y el perdón en odio como quieren algunos. Ellos no pueden ser buenos judíos. La historia la escriben los vencedores, pero la verdad objetiva es tozuda y los hechos inexorables. Periodistas como Eugenio fueron el aguijón contra la burda propaganda. Este viejo manchego con cara de palo, antipático y algo judío que nunca pagaba un café pero que abrió en la profesión las puertas a mucha gente vivió y murió en periodista total. Me honro de seguir sus pasos, aunque no me dé por ir a Salinas con mi portátil. A la playa yo voy a bañarme y a ver qué pasa.

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