¡Váyase señor González!
Hace casi 20 años que soy socio del Real Oviedo y en ese período de tiempo he visto y vivido muy buenos momentos (el último ascenso a Primera, la clasificación para UEFA, los años en Primera) y otros muy malos (descenso a Segunda, descenso por impagos, travesía por Tercera…).
En estos años han pasado por el club distintos consejos de administración, algunos de ellos muy malos y de desastrosas consecuencias para la entidad, pero ninguno tan nefasto y dañino para el Real Oviedo como el comandado por Alberto González.
Estos directivos que van o pretenden ir de oviedistas estaban al otro lado de la acera en 2003 apoyando el proyecto ilusionante promovido por el alcalde de Oviedo, Gabino De Lorenzo, para cargarse al Real Oviedo.
Estos directivos han vuelto a meter la política de lleno en el club al alinearse descaradamente del lado del Alcalde (la jugada es mutua, pues éste ha blindado al actual consejo, al aportar dinero de todos los ciudadanos para evitar que otros los echen de la poltrona) y enfocando de una manera equivocada los problemas con el Principado (la lamentable campaña de captación de socios es una provocación en toda regla al Gobierno regional); bien es cierto que el comportamiento con el club por parte del señor Areces está siendo muy desafortunado (a ver cuándo se da cuenta este buen hombre que es el Presidente de todos los asturianos, no sólo de los gijoneses y los sportinguistas, y deja de un lado su descarado trato de favor a todo lo relacionado con Gijón), pues hay maneras de intentar llegar a acuerdos sin ir directamente a la guerra, como ha hecho este consejo.
Fichar a dos brasileños para jugar en Primera regional es una auténtica barbaridad, contratar a Ismael Díaz Galán, reconocido sportinguista, no tiene nombre; podría seguir así enumerando despropósitos pero lo que ya es el colmo es la falta de respeto y de educación mostrada por este consejo hacia sus socios de una manera continuada y escenificada flagrantemente el pasado lunes 29 de diciembre en la junta de accionistas del club en la cual tanto el actual presidente como el máximo accionista mostraron una total falta de educación hacia los socios, que somos quienes realmente estamos manteniendo este club con vida.
Por todo ello ¡váyase, señor González!, deje paso a otros que sepan y ponga al menos sus acciones en venta como gesto de buena voluntad hacia el oviedismo.
Quisiera pedir también al oviedismo (al margen de las peñas, que ya pusieron las cosas en su sitio en la junta) que despierte y se dé cuenta de que con estos dirigentes acabaremos como el Lacera Naranco en un breve período de tiempo.
¡Hala Oviedo!
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