Un mentiroso completo.

Leo el martes 6 de agosto en LA NUEVA ESPAÑA la carta: "Son ustedes una mentira completa", firmada por José Viñas García.

En dicho relato se despacha/desahoga a gusto contra: animalistas, ecologistas, feministas, urbanitas... en una descalificación generalista que no deja títere con cabeza. Me recuerda a una famosa cita: Le peguntaron a Winston Churchill en una ocasión -con segundas intenciones, habida cuenta de cierta rivalidad que, históricamente, existe entre ambos países-: ¿Qué opina usted de los franceses? Churchill contestó: "No sé, son muchos y no los conozco a todos".

Es muy habitual en las charlas radiofónicas y televisivas de contertulios y opinadores que hablen de todo, sienten cátedra, generalicen, hagan juicios de valor y descalifiquen a diestro y siniestro. Este hábito se ha contagiado a la ciudadanía, que imitando los vicios y defectos de quien sientan cátedra de todo sin saber de nada, pontifican y descargan su mal humor o frustraciones varias sobre "cualquier bicho que se mueva"

No soy un sabio como el ciudadano al que contesto, ni domino tantas disciplinas como aborda el firmante del manifiesto. Pero voy a hacer algunos apuntes.

Sobre los animalistas.

Señor Viñas, no se puede meter en el mismo saco a urbanitas que pasean a sus perros por las noches para que caguen en el parque, y a profesionales que velan por la supervivencia de especies silvestres que usted cita sin conocer. Esos "bichos" y "bestias salvajes", según sus propias palabras, "toman villas, pueblos, ciudades y autopistas causando accidentes y problemas". Créame, señor Viñas, llevo conduciendo por la geografía española más de cuarenta años, con más de un millón de kilómetros recorridos y sí, he atropellado alguno, pero no he visto: nutrias, cormoranes, osos... y todos esos "bichos" cuya biología y etología usted desconoce y no se ha molestado en documentare, cortando las carreteras y atacando a infelices conductores. Propongo a los geniales humoristas (son muy buenos) de "La tira y afloja" que modifiquen de vez en cuando al protagonista de su viñeta -jabalíes ovetenses- por las especies que cita el acongojado autor de la carta.

Señor mío, la nutria necesita aguas limpias -no vive en ecosistemas degradados con aguas contaminadas-, es muy difícil de ver, incluso para el naturalista avezado, y su población se ha reducido drásticamente en las últimas décadas.

El urogallo va a desaparecer irremisiblemente de la cordillera Cantábrica, según expertos en el tema, en cuyos cursos y charlas he participado varias veces en los últimos veinticinco años.

La población oriental del oso cantábrico corre un claro riesgo de desaparición por falta de un número mínimo -hembras fundamentalmente- y de que este núcleo poblacional está separado de la población occidental y no hay suficiente variabilidad genética para que la población sea viable. Eso sin contar con los cepos, lazos, venenos que los están diezmando.

Antiguos ganaderos y agricultores.

De eso sí puedo hablarle también. Mi abuelo era pastor de ovejas y mi padre zagal ("Pastor joven que está a las órdenes de otro pastor", según la RAE). Además he vivido en unos 60/65 pueblos -ya pierdo la cuenta- de la España rural... esa que usted mitifica, sin conocer.

Son algunos (no quiero generalizar, gracias por la reflexión Sr. Churchill) de estos ganaderos y agricultores los que incendian matorrales y montes para la obtención de pastos (en la cordillera Cantábrica y montañas ibéricas) o para eliminar rastrojos* (en Castilla y León, Castilla-La Mancha y otras comunidades agrícolas). También por afrentas con otros vecinos, venganza contra alguna resolución administrativa, por conflictos en los cotos de caza...

Ciudadanos -y vuelvo a precisar que no generalizo- que históricamente han utilizado: cepos, lazos, venenos y otras artes, prohibidas y sancionables por la ley desde hace décadas.

Agricultores y ganaderos -insisto: no todos- que continúan considerando como "alimañas" a: aves rapaces, necrófagos, mustélidos... y a todo bicho viviente de los que no conocen su biología y etología y que son consecuencia y víctimas -a través de mitos y leyendas rurales- del desconocimiento y falta de formación. Esos "seres del averno" -esta expresión es cosecha mía- que según su aterrada experiencia: "Esos bichos transmiten enfermedades y pueden ser peligrosos merodeando y ensalivando por donde corretean los niños y pasean ancianos" (sic) Mire usted, en esto sí que estoy de acuerdo: ¡Quién le mandaba a caperucita ir a ver a la abuela con la cesta de la merienda, habida cuenta de los lobos y lascivos bichos ensalivados y de mirada aviesa y lujuriosa que acechan ya por la calle Uría... Adónde vamos a ir a parar!

No quiero extenderme en valoraciones sobre la fauna silvestre. Le recomiendo, señor Viñas García, que se documente sobre el tema: la cultura y el saber es el mayor antídoto contra la ignorancia, la intolerancia -la jactancia de la misma- y la prepotencia intelectual.

Sí que quiero decirle que los reflejos de un rayo de sol en unos prismáticos (he tenido más de diez modelos distintos) son casi inexistentes: el material, color, forma de los mismos y porque los diseñan para no tener reflejos que puedan detectar tu presencia y ahuyentar a las especies que se desea observar. Es otra leyenda -fruto de la ignorancia- la que achaca a los reflejos proyectados por un vidrio la causa de los incendios (llevo años asistiendo a cursos de formación en "Detección de causas de incendios"). Veo que este es otro tema que usted aborda alegremente sin tener conocimiento alguno en la materia.

Las colillas (a las que usted alude en su "tesis doctoral" publicada el martes 6 en "Cartas al director") que incendian los montes -junto a la paella del dominguero- eran los motivos a los que aludían los medios de comunicación en los años 60, 70 y 80 para explicar el origen de casi todos los incendios, también a los rayos, chispas de las locomotoras...

Afortunadamente hace ya décadas que se crearon las BRIPAS -que son Brigadas de Investigación de Incendios- en Asturias, aunque, con distintos nombres también existen en todas las CC AA que tienen las competencias en Medio Ambiente.

Ya lo expliqué hace años: https://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/22154/incendios-asturias.html

Sobre el tema del feminismo no entro: me falta formación en sociología, psicología social y porque el tema da para mucho más de lo que se puede resumir en una carta. No tengo su capacidad de pontificar, hacer análisis y dar lecciones y recomendaciones sobre un tema tan complejo y con tantas conexiones: sociales, emocionales, culturales, tradicionales...

Como su alegato/tesis doctoral es muy largo e interdisciplinar (lobos, fieras varias, cambio climático, el agujero de la capa de ozono, feminismo, parados, industria... y un muy largo etcétera), no puedo extenderme más: no doy para tanto, señor Viñas García. Tan solo me he dedicado a trabajar por todos los montes de España a lo largo de 43 fructíferos años en los que he convivido con: agricultores, ganaderos, urbanitas y paisanos de toda la geografía española -en Asturias llevo 23 años- trabajando y aprendiendo del monte y el mundo rural. También del urbano -viví en la ciudad más poblada y en la más pequeña de España-. Quizá por todo ello soy un gran seguidor de los poemas y citas de Machado, que, como yo, adoraba Soria, Castilla y el mundo rural, y por ello -como amaba y quería- podía ser tan crítico:

"La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y alma inquieta, ha de tener su mármol y su día, su infalible mañana y su poeta.

Esa España inferior que ora y bosteza, vieja y tahúr, zaragatera y triste; esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza..."

* Rastrojo: "Campo o terreno después de segar la mies y antes de recibir una nueva cosecha". Según la RAE y vocablo utilizado popularmente en ambas mesetas. Término que llevan utilizando periodistas, presentadores de informativos, opinadores y contertulios para referirse -erróneamente- al matorral que cubre prados de siega abandonados o incluso al sotobosque inherente al propio monte.