El máster de la frustración
Es tal el cansancio, el descontento y la desgana que el antiguo CAP, ahora Máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional, genera actualmente en el alumnado que resulta complicado explicarlo en pocas líneas.
Todo comenzó en el mes de octubre, y nadie podía imaginar lo que se nos vendría encima. Pasaron días, meses, y los despropósitos por parte de la coordinación se sucedían sin que nada ni nadie le pusiera freno.
Hasta el mes de enero casi todas las tardes, de 16.00 horas a 20.00 horas, acudíamos a clases teóricas, tutorías y seminarios tanto de Psicología como de Sociología, Didáctica, etcétera, todas ellas orientadas a formarnos como buenos docentes, que lo único que han conseguido ha sido enervarnos y cabrearnos. Pero fue a partir del mes de enero cuando la situación se volvió incontrolable. Durante las mañanas debíamos acudir cuatro horas a un centro de Educación Secundaria para realizar Prácticas Docentes, y por las tardes, a clases teóricas, seminarios y demás. Por si todo esto fuera poco, el volumen de trabajo no disminuyó, con lo cual al llegar por las noches a nuestras casas teníamos que preparar trabajos, exposiciones, proyectos, etcétera.
A día de hoy, las cosas siguen como siempre, es decir, sumidas en un auténtico caos en el que nadie parece tener el control, y esta vez literal, ya que actualmente no existe persona alguna que se encargue de coordinar este Máster; el coordinador designado inicialmente presentó la dimisión, con lo cual surgen distintas preguntas: ¿a quién pedimos explicaciones?, ¿quién toma las decisiones? y, como éstas, un sinfín de preguntas que llevaría demasiado tiempo enumerar.
El único consuelo que se nos proporciona es asegurarnos que el año que viene este Máster será distinto, tendrá una mejor organización, ya que se está trabajando en ello desde hace algún tiempo, ¡qué gran consuelo!, tal vez el curso que viene me matricule de nuevo y así pueda comprobarlo en primera persona.
Para colmo, los profesores y profesoras del Máster no dejan de repetir lo mucho que trabajan y lo duro que es impartir docencia en este Máster, supongo que cada uno mira para lo suyo y no para el esfuerzo de los demás, ya que en caso contrario se darían cuenta de cuánto trabajamos y lo duro que es acudir cada día a la Facultad de Ciencias de la Educación para aprender a ser un buen docente.
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