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Señores, aprovechen su fama para unir

16 de Abril del 2010 - Pablo González Rodríguez (Castropol)

Produce una gran vergüenza ajena las palabrerías guerracivilstas que se han escuchado para apoyar al juez Baltasar Garzón. Me avergüenzo de esos que gritan sandeces y vociferan, me avergüenzo de unos personajillos que se creen los inventores de la democracia y los únicos defensores de la libertad, eso si, la libertad como ellos la entienden, una libertad que según ellos existe en Cuba y se vulnera en EEUU. Me avergüenzo de unos seres que le faltan al Supremo, me avergüenzo de unos titiriteros que ponen en entredicho nuestra Constitución y el Estado de Derecho. Me avergüenzo des estar aquí sentado frente al ordenador sin protestar enérgicamente frente a unos sindicalistas que no hacen nada frente a los casi cinco millones de parados y encabezan una protesta en defensa de un señor con varios ceros en su nómina. Me avergüenzo de ser español y pensar el que diran en otros países cuando ven estos actos esperpénticos en nuestras universidades o ven a un presidente del Gobierno que va haciendo el ridículo de cumbre en cumbre. Pido como ciudadano un poco de sentido común en medio de tanto disparate en personas a las que se les presumía dos dedos de frente.

El juez estrella declaraba durante cuatro horas por los pagos de Santander. Le quedan las grabaciones de la "Gürtel". Se sigue el proceso como con cualquier ciudadano con todas las garantías procesales. Por que aunque parezca mentira Garzón es un ciudadano más. Un ciudadano adicto a los flashes y a las portadas, igual de dependiente a los medios como un heroinómano lo es a su jeringilla. Esa adicción y su intención de ser el muerto en el entierro y la novia en la boda le están jugando malas pasadas. De eso polvos vienen estos lodos.

Quizás lo peor de estos días, lo más preocupante es esa revisión de la Transición que han querido abrir , una revisión sectaria y partidaria, parecía que a la entrada de la universidad daban los carnet de demócrata al que piensa como ellos. Olvidándose de muchos que lucharon en primera línea contra la dictadura pero que hoy han decidido pasar página. Lo que hacen estos "seres del pasado" que se manifiestan y se encierran es resucitar por sus propios intereses partidistas y mediáticos el temor al fascismo y los fantasmas de la Guerra Civil, unas heridas cerradas en una transición ejemplar. Frente a la sangría del paro toma un poco de franquismo, un poco de gurtel y un poco de Matas. Por intereses partidistas están abriendo heridas ya cicatrizadas. Señores pancarteros, Franco ha muerto. Ya lo constató el juez Garzón al pedir su certificado de defunción. Señores pancarteros no jueguen con temas tan dolorosos para muchos por meros intereses propagandisticos, por una vez sean útiles y aprovechen su polularidad para ayudar no para dividir y sembrar odio entre españoles. Las taquillas de los cines, la venta de discos o libros quizas se lo agradezcan.

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