No para este año, para el próximo
Uno de los pilares básicos de nuestro Estado de bienestar es la sanidad pública universal, que permite la atención a todos los ciudadanos independientemente de su condición u origen. Aquí hemos padecido recortes, como medicamentos que han sido excluidos de cobertura (subiendo el precio) y la falta de personal que ha mermado la atención, provocando unas listas de espera escandalosas en algunas especialidades.
El Gobierno de Asturias sacó un decreto sobre tiempos máximos de espera que desde su inicio no ha cumplido con sus objetivos. El asunto debe de ser difícil, pues pasan los consejeros y los años sin encontrar una solución.
Pero cuando conoces los casos particulares llama aún más la atención, por lo absurdo de las situaciones. Por ejemplo, estos días hice una prueba de urología con carácter preferente por las molestias de la posible dolencia. Pues hete aquí que la fecha para volver a consulta del especialista y conocer el resultado es para noviembre, pero no de este año, sino del próximo, o sea, en 2020.
La respuesta de la coordinadora de turno ante mi cara de sorpresa fue: “El programa no tiene otra fecha”. Pues, paciencia, supongo que tendré que hacer otra prueba si estoy vivo dentro de quince meses, porque el resultado actual estará caducado. O sea, más gasto por culpa de un sistema que no funciona con decreto ni sin él y pésima atención a los pacientes. Alguien tendrá que poner remedio.
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