Cascos y Grado
Amo, por encima de muchas cosas, a mi pueblo. En él ha transcurrido gran parte de mi vida, con sus penas y alegrías, Grado, la huerta de Asturias, la puerta de occidente, me ha dado el sentimiento de asturianía. Soy asturiano porque soy de Grado o de Grrau, es igual. A los moscones nos costaba más de media hora, después de un infierno de curvas y más curvas, llegar a Oviedo, a la capital. Y había que volver. Vivir en Grado, pese a estar a sólo 25 kilómetros de Oviedo, no era tan cómodo. Tenía la sensación de ser un asturiano de segunda. Hoy, casi no me me acuerdo de la vieja nacional 624 Oviedo queda solo a 10 minutos con todas las posibilidades que representa: sencillamente es fantástico. La autovía del occidente ha supuesto alcanzar una meta en la que se habían puesto muchas esperanzas. La vertebración del Occidente de Asturias.
"Tempus fugil", el tiempo pasó y, con ello, llega el olvido, el olvido del esfuerzo realizado y también de las personas que consiguieron que esta autovía sea una realidad, al menos en una parte de su trayecto. Muchas han sido esas personas, pero sobre todo una, a la que quiero recordar especialmente: Don Francisco Alvarez-Cascos, entonces ministro de Fomento, que con su buen hacer y criterio supo ver y ejecutar la necesidad de esta importante infraestructura para el occidente de Asturias y por lo tanto, para nuestra región.
Hoy se habla de su vuelta a la política y yo me siento especialmente ilusionado. Una persona que tiene en su haber una extraordinaria trayectoria... y demostrado una enorme capacidad de trabajo, es siempre necesario y, sobre todo en tiempos difíciles como los que estamos pasando.
Por lo tanto desde estas líneas yo le pido a Paco Cascos, a don Francisco Alvarez-Cascos que vuelva a donde todos le estamos esperando, a su casa a rendir otra vez ese gran servicio a Asturias a través de la política, sencillamente proque es necesario.
¡Gracias Paco Cascos por lo que has hecho por Grado y por Asturias!
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