Sanidad: ni saben ni contestan
A pesar de que la sanidad en Asturias es, por fecundación, gestación y parto, socialista, ahora ya sobrepasa el culmen del clilentelismo político, del desconocimiento total y del silencio consecuente.
Leo en el diario LA NUEVA ESPAÑA que una vez más, y ya no se sabe cuántas van, el clima laboral se vuelve a caldear, por lo que es de prever que la «quema» será próxima, dado lo que se lee y uniéndolo al típico ya tópico del «no saben, no contestan».
Y es que si no contestan, es porque no saben, ¡de lógica!
Una frase que define lo que la organización sanitaria es la cita la mencionada noticia. A saber: «La gestión clínica da preponderancia a los criterios políticos y posterga los factores profesionales y los méritos acumulados». O sea: ¡lo de siempre! Por eso esta escueta frase describe lo que de la sanidad asturiana hicieron, hacen y seguirán haciendo –si en el PP no lo remedian– a pesar de los múltiples viajes a la «Perla del Caribe» en busca de conocimiento sanitario.
Y este remedio me parece que no puede venir de la mano del actual responsable en sanidad del Partido Popular, señor Carlos Garcerán, pues tengo para mí suficientemente acreditado que ni está, ni se le espera; y su gestión de oposición en sanidad pide a voces su relevo, al menos en estos menesteres para los cuales está sobradamente rentabilizado y agotado.
Dicho esto, desde los lustros a los que se refiere el doctor Morís, que voy a pensar que los ha conocido, vivido y hasta influido en ellos, están algunos de la nefasta gestión sanitaria que el letrado laboralista Rodríguez-Vigil, «fecundó» cuando ocupó la Consejería de Sanidad. Pues ya a partir de aquellos años (dentro de los lustros) empezó a sustituir el mérito y la capacidad por el carné de muchos más lustros, dando cargos y prebendas, a «tomo y mocho». Veremos ahora quién «le pone el cascabel a este gato». El denominado «trasiego entre hospitales», como lo define igualmente LA NUEVA ESPAÑA, los datos de cifras referidas al traslado de personal lo demuestran. Centraliza mucho más lo que antes estos socialistas querían descentralizar. Y si a todo ello le añadimos la construcción del macrohospital (edificación sin precedentes en la medicina hospitalaria occidental), la conclusión no puede ser más consecuente con los hechos.
Asturias mantiene unos índices de población que oscilan entre el millón y el millón cincuenta mil habitantes. De edad en su mayor porcentaje alta, lo que algunos han utilizado como justificación necesaria para la edificación del actual hospital. Verdad a medias, ya que Asturias cuenta con casi diecisiete hospitales, entre públicos y privados, que asumirían perfectamente la asistencia sanitaria a pesar del mayor número de personas que sobrepasan el medio siglo. Por tanto, no es de extrañar la mencionada centralización que parece a la luz del socialismo lógica, máxime tomando como referente patologías de más importancia que las que se pudieran tratar en los hospitales periféricos.
Por otro lado, yo no me lo pregunto –lo sé, lo viví–, pero sí se lo traslado al señor Morís, lo siguiente: ¿No se llevaban (en los lustros que usted menciona) centralizando actos médicos que podían realizarse en ta periferia hospitalaria? ¿O acaso usted también desconocía (en esos mismos lustros) que el mérito, capacidad y conocimiento eran sustituidos por el amiguismo socialista? ¿No me dejará mentir, verdad?
Conclusión: no saben, no contestan, porque no se puede contestar a lo que no se sabe y, por tanto, así nos va. Sólo queda la esperanza de que les queda un año.
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