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El imparable éxito de la corrupta privatización

28 de Abril del 2010 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

Recogía LA NUEVA ESPAÑA estas opiniones de Jordi Borja Sebastiá: «La izquierda institucional ha perdido bastante el rumbo porque ha admitido la precariedad del trabajo y de muchos servicios de carácter general, adaptándose demasiado a las circunstancias del poder real». Ningún gobierno democrático puede considerarse legítimo solo por haber sido elegido por los ciudadanos. «Si favorecen la especulación urbanística, a la escuela privada frente a la pública o privatizan la sanidad, los gobiernos van perdiendo legitimidad».

Y es que la privatización ha hecho sus más espectaculares avances en estas últimas décadas. No es que el Estado no ponga dinero para los servicios públicos a los ciudadanos, sino que estos servicios ya no se hacen por los medios propios del Estado.

La Unión Europea se escandaliza por los metódicos sobrecostes y el porcentaje de su cuantía en España, pero considero más escandaloso el porcentaje de privatización de los servicios del Estado (y europeos) hacia empresas privadas. Sobre todo, en temas y servicios esenciales para los ciudadanos. Servicios que deberían estar centralizados por el Estado, realizados con medios propios y ser equiparables a todos; no solo en toda España, sino en toda Europa.

En estas últimas décadas hemos asistido en España a la privatización tanto de antiguas empresas públicas como de servicios públicos que se derivan a entidades privadas. Las empresas públicas, de existir, deben cotizar en bolsa (competencia leal) y lo público, con su paquete de acciones, competir en igualdad con lo privado (pero el Principado de Asturias no tiene acciones de Arcelor-Mittal) y, todo ello, siempre, con transparencia y control parlamentario.

Hace veintiséis años el servicio público de FP ocupacional sufría el impacto directo de decretarse que sus funcionarios docentes ya no eran docentes, y ningún sindicato se escandalizó. Luego, surgieron toda una pléyade de centros colaboradores de dicha formación (similares a los de las otras enseñanzas). Y esa corrupta privatización de lo público, fue todo un éxito a pesar de ser esta formación algo esencial para la empleabilidad de los trabajadores. Pero la empleabilidad ya no es ningún problema una vez que se pierde el rumbo admitiendo la precariedad del trabajo y de los servicios públicos que la facilitan. Este comportamiento es un atentado a la libertad del ciudadano trabajador. El Estado debe ofrecer los servicios, pero debe ofrecerlos directamente, o, en su defecto, subvencionar o becar al propio ciudadano para que los obtenga de la entidad o empresa privada que él elija (cosa que hoy no ocurre ni en sanidad, ni en educación, ni en formación). No se puede adelgazar al servicio público para beneficiar a unas entidades privadas perjudicando a otras, pues se corrompe así el concepto de servicio público. (Ni para beneficiar más a unas Autonomías que a otras, ni para favorecer a unas Escalas extinguiendo a otras). De seguir así, se llegarán a contratar mercenarios por parte del Ministerio de Defensa para proteger los intereses de los ciudadanos en el mundo, o servicios de seguridad privada por parte de los ayuntamientos para vigilar los barrios y... ¿quiénes serán esas empresas privadas contratadas? Porque, por mucho que se pretenda aplicar una legitimidad ética de izquierdas a eso, será difícil. (En los sótanos de la «UNI» había un gran salón recreativo. ¿Existirá aún, se habrá privatizado, se cobrará por el uso de sus juegos a propios y extraños?)

Se va perfilando un futuro en el que los trabajadores llegarán a ser empresarios de ellos mismos subcontratándose a otras empresas. ¿Será mejor afiliarse a la FADE que a un sindicato?. Quizás sea esto lo que deba considerarse, al igual que puede considerarse que una recta es una circunferencia de radio infinito y, por tanto, todo punto exterior a ella misma puede contener una infinidad de paralelas que nunca la cortan. Porque, de no ser así, debemos decidirnos: ¿espacios euclidianos o no-euclidianos? Ambas consideraciones, en plan oportunista, es engaño y corrupción conceptual.

P.S.: No puedo estar más de acuerdo con el editorial de LA NUEVA ESPAÑA: -http://www.lne.es/opinion/2010/04/18/region-puestos-trabajo-hijos-jubilados/902529.html -. No soy ningún gurú pero llevo 25 años anunciando y esperando una profunda crisis, y eso lo saben bien mis antiguos alumnos y mi entorno. ¿Por qué seguimos triunfalistas? ¿Por qué siguen jubilándose triunfalmente satisfechos, los mismos que hace 25 años sembraron esta cosecha? ¿Por qué quisimos ser tan ciegos a algo tan fácil de ver? Quien no siembra bien, desparrama.

http://elindocenteemfo.blogspot.com/2010/04/el-imparable-exito-de-la-corrupta.html

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