Una envenenada oferta del PP a Cs
Con fecha 23-9-2019, "La Vanguardia" de Barcelona publicó una noticia que me resultó llamativa: Cayetana Álvarez de Toledo, hasta ahora única diputada del Partido Popular (PP) por Barcelona, había realizado una propuesta a la dirección de Ciudadanos (Cs) para que Inés Arrimadas ocupara su lugar como cabeza de lista por esa circunscripción en una eventual coalición de ambos partidos durante las elecciones generales del 10-N (que se denominaría España Suma): según Álvarez de Toledo, esta oferta implicaba la voluntad de: “Unir y devolver a este país los consensos constitucionales básicos en la lucha por la libertad y la igualdad entre los españoles”.
Esta singular propuesta del PP fue rechazada por la portavoz de Cs (Lorena Roldán) al alegar que, atendiendo los resultados del 10-N, Cs apoyaría un pacto de gobierno con el PP (como socio preferente) pero nunca apostaría por una coalición con el PP de la “Gürtel”; insinuando que utilizarían los casos de corrupción del PP (pasados o todavía pendientes de juicio) en su próxima campaña electoral.
A mi juicio, esta oferta del PP a Cs estaba envenenada y, por ello, Albert Rivera evitó “morder el anzuelo” al rechazar España Suma ("La Razón", 1-10-2019). Me explico:
Cayetana Álvarez de Toledo, marquesa de Casa Fuerte, periodista e historiadora, forma parte del sector ultraconservador del PP. Entró en Catalunya con un inflexible discurso constitucionalista, logrando un solo escaño para el PP en la recién concluida legislatura, agotando el escaso crédito político que mantenía el PP catalán y “decantando” hacia el independentismo a ciudadanos catalanistas que dudaban entre “lanzarse” a una secesión utópica o seguir acatando la Constitución española.
A su vez, Inés Arrimadas, nacida en Jerez de la Frontera y licenciada en Derecho, venció en las últimas elecciones autonómicas (logrando 36 escaños) pero fue incapaz de formar gobierno al carecer del apoyo necesario ante una cocinada mayoría absoluta secesionista que “secuestró” el sentir de más del 50% de catalanes, contrarios al independentismo.
Posteriormente, al comprobar en febrero de 2019 que su crédito político en Catalunya menguaba, Arrimadas saltó a la política nacional destacando en su “cruzada” contra la política irresponsablemente rupturista del president de la Generalitat, Joaquim Torra.
¿Cómo podía volver Arrimadas a Catalunya si tiene mejor futuro político en Madrid? Probablemente ha desestimado esta oferta del PP porque, actualmente, ningún político constitucionalista está cómodo en un territorio sometido al secesionismo, con todas sus demenciales iniciativas que desafían al Gobierno central (como retirar la Guardia Civil de Catalunya), lo cual podría justificar la activación del artículo 155 de la Constitución con su previsible espiral de violencia. Sin embargo, el CEO catalán (Centro de Estudios de Opinión) indica que solo el 11% de catalanes apoya la vía unilateral (violenta) para alcanzar la independencia ("OK Diario", 29-9-2019). ¿Resulta paradójico, verdad?
¿Merece Catalunya un destino con políticos tan mediocres que solo actúan por intereses partidistas, estableciéndose un pulso entre el independentismo irracional y determinados constitucionalistas ávidos de lograr destinos políticos en Madrid? Ante dicho escenario, ¿será difícil poder superar este conflicto territorial sin secuelas? Triste, pero cierto.
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