Incineradora envenenadora
Hace unos días me llegó un correo electrónico en el que se enunciaban unas cosas increíbles acerca de la incineradora que quieren construir en Asturias. No me podía creer que esos datos fuesen ciertos, no me podía creer que ciertos empresarios y políticos pusiesen sus intereses por delante de la salud de los ciudadanos asturianos, y no lo digo por leves enfermedades, sino mortales. Pero tampoco le concedí credibilidad sin antes consultar con médicos y científicos conocedores del tema, no saliendo de mi asombro ante su confirmación de dichos datos. Estos son: la zona centro de Asturias entre Avilés, Gijón y Oviedo es un punto rojo de contaminación, uno de los más elevados de Europa, afectando principalmente a la población del entorno de estas tres ciudades. La incineradora incrementaría en gran medida la contaminación en general y, sobre todo, en lo referente a las dioxinas. En los países que cuentan con incineradoras, entre el 40 y el 80 por ciento de las dioxinas que se emiten proceden de éstas. Las dioxinas son 70.000 veces más tóxicas que el cianuro y pueden persistir durante décadas en el medio ambiente. Se considera que son los compuestos cancerígenos más tóxicos que existen.
Más del 90 por ciento de los tumores humanos son consecuencia de factores ambientales. Una de cada tres muertes infantiles en Europa se debe a lo mismo. Las muertes por causa de infartos hallan su principal causa en la contaminación. Eso, por no hablar de las enfermedades de las vías respiratorias que acarrean las incineradoras. El incremento de niveles de dioxinas en la sangre se dispararía entre la población de estas tres ciudades y demás población de la zona. Una vez que las dioxinas han entrado en nuestro organismo se unen a las grasas de modo permanente, de forma que su vida media en el cuerpo es, como promedio, de siete años.
Hay alternativas. El 90 por ciento de la basura es reciclable, y el toro 10 por ciento se puede tratar en plantas de internización desprendiéndolas de las sustancias tóxicas; si hay voluntad por parte de las instancias políticas, se puede llevar a cabo. El terreno de Cogersa tiene capacidad para varios vertederos como el que tiene, siendo un truco por su parte lo de que está lleno a rebosar, hecho adrede para que los vecinos protesten por los olores.
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