Espíritu asturiano
Asturias es múltiple y es una. Es la “tierrina”, lugar de tradición y modernidad. De gentes con fama de cordiales. Es nuestra comunidad, lugar acogedor y sociable, en el que nadie se siente forastero. Nuestro carácter norteño disimula no poca timidez y evidente vocación de apertura a los demás. Región de ilustres y gente emprendedora, sencilla y entrañable, es una sucesión de prados y bosques, sendas y grandes desfiladeros, montañas de altas cumbres y valles bucólicos. De ríos salmoneros y pomaradas. Es Asturias un canto a la naturaleza y al paisanaje, a la historia que trae aún el eco del momento prístino en el que se creó el mundo, con huellas de dinosaurios jurásicos, capillas de romería a la vera del Camino del Santiago, uno de los mayores patrimonios europeos industriales de los siglos XIX y XX. Asturias fue sinónimo de carbón y minero reivindicativo, de aventura emigrante hecha con maleta de cartón y las cuatro reglas, de esforzados oficios y avances sociales, imán para muchos otros españoles, sobre un trasfondo cantábrico muy antiguo y venerable.
Existen más de 42 variedades queseras en nuestro Principado, villas marineras preciosas como Luarca, Cudillero, Llastres y Llanes. Perviven numerosas casonas nobles, hórreos y paneras, villas. Castros que datan de una fascinante Edad del Hierro atlántica y fueron ocupados después por la civilización romana, dando lugar a lo astur-romano. Cuna del primer Reino cristiano medieval de la Península, Covadonga y Monsacro; creó un arte altomedieval prerrománico –de raíces nativas astures, que se rastrean en sogueados y motivos geométricos–, cruciales moldes tardorromanos clásicos, de influjos lombardos, bizantinos y mozárabes. La historia de Asturias se funde con la de España, siendo tierra de gente inconformista concernida por el progreso humano y también región desconocida para tantos españoles, más allá del tópico de las vacas, el carbón y las gaitas.
Asturias no es sólo verde y magnífico litoral, es una viable área metropolitana, con su ritual de la sidra, sus investigadores y Universidad, sus decenas de centros asturianos, verdaderos hogares de asturianía y españolidad, repartidos por el orbe. Es Asturias, Principado, manantial que se renueva, rural, urbanita y cosmopolita a la vez, desde la que se siente una España unida, plural y diversa, nación de ciudadanos libres e iguales. Asturias, tierra de excelente gastronomía, amplia oferta cultural y sabor ecológico, una sociedad contemporánea con raíces propias, que no puede quedar varada en la nostalgia. Asturias, de proyectos innovadores, cohesión social y un mejor futuro por alcanzar. La Asturias eterna, que “convida a una espicha” y ye prestosa convivencia.
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