No hay que pedirle sámaras al peral
El olmo es un árbol lustroso y de follaje muy denso, pero no da peras. Tiene un porte robusto y puede alcanzar una altura de hasta 100 metros, pero no da peras. Su tronco es grueso y la copa muy ancha, por lo que proyecta muy buena sombra. Pero no da peras.
Por mucho que nos empeñemos, no habrá manera de lograr que un olmo dé peras.
Por eso me extraña tanto que le pidamos peras al olmo.
El fruto del olmo pueda estar compuesto por dos sámaras, creando una disámara, e incluso hasta por tres sámaras, generando una trisámara, pero en ningún caso podrá dar peras.
Sería tanto como pedirle sámaras al peral, pero esa es otra cuestión, que ahora de lo que se trata es de hablar de política, que las elecciones están a la vuelta de la esquina, y lo que está ocurriendo es todo tan absurdo como pedirle peras al olmo o sámaras al peral. La cosa está tan chunga que no hay nada que rascar, o sí. Rasque y gane, por si hay suerte y nos sale algún nuevo candidato que merezca la pena, porque, con los que hay, mejorar la situación es como pedirle peras al olmo o sámaras al peral. Pero no desesperemos. Paciencia, amigos.
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