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Menos futbol y mas "Barrio Sesamo"

27 de Abril del 2010 - Avelino Garcia Arias (Cangas del Narcea)

Hace unos días y en uno de mis viajes a Oviedo por esas cosas de los papeles (últimamente voy mas de lo que quisiera, esto de vivir en las afueras de la región es lo que tiene), pues decía que en un viaje de esos, al salir de una de las oficinas en cuestión y ponerme a cruzar la calle me di cuenta de un detalle; curioso detalle o al menos a mi me lo pareció. Cuando llegue al semáforo estaba en rojo para los peatones, según lo que me enseñaron y según mis cortas entendederas en esos casos hay que esperar a que se ponga verde y cruzar después de que lo haga. Cuando yo llegue ya había un matrimonio mayor esperando para cruzar, llego, doy los buenos días, me los contestan y a esperar. Cuando llevábamos allí unos pocos segundos siento detrás mío unas voces y unas risas doy la vuelta y veo un grupo de chicas y chicos jóvenes con libros y mochilas llegan a donde estamos nosotros, miran hacia un lado y hacia el otro de la calle y cruzan a la carrera. El semáforo seguía diciéndonos que no pasáramos, un coche que pasaba tiene que bajar la velocidad para no atropellarlos, si este coche para, todos los que van detrás evidentemente también lo hacen, lógico. Por el movimiento de los labios del conductor adivino sin ninguna clase de dudas la socorrida frase que les dedica al grupo de adolescentes ¡Pobres madres lo que tienen que aguantar! ¿Que seria de aquello del talante? Los chicos llegan a la otra acera y desaparecen tras una esquina entre risas y más risas. El matrimonio y yo nos miramos y al ver la escena el hombre sonríe y mueve la cabeza como diciendo esto ahora es así antes no pasaba. La mujer me comenta que ahora los semáforos en algunas zonas son algo casi simbólico, poco menos que adornos navideños fuera de época. Si yo le contara buena señora lo que tenemos en Cangas pienso para mi. Sigo esperando el cambio de color del semáforo y en esto que llega una mujer de treinta y tantos años. Fumando como una chimenea y con cara de haberse separado de la almohada hace muy poco tiempo nos mira con gesto malhumorado, supongo que será porque como llegamos antes estamos delante. Algo de lo mas lógico ¿no?. y parece ser que la estorbamos. Lo mismo, mira a un lado mira al otro (yo creo que no ve nada porque esta dormida pero bueno ella sabrá) cruza la calle y se mete en un portal. Al poco llega un repartidor con un carro lleno de botellas de leche, visto y no visto el repartidor el carro y las botellas de leche ya están en la otra acera, el semáforo sigue en rojo los coches siguen pasando y nosotros seguimos esperando el cambio de color. Lo que mas me llamo la atención de todo esto fue la cara que puso el repartidor que dio la vuelta y nos miro desde el otro lado de la calle, puso una cara como diciendo ¿Que harán estos tres ahí que no cruzan? ¿A que esperaran? ¿No ven que todos estamos ya al otro lado? Bueno pues al final se puso en verde y cruzamos. Termine de hacer mis cosas y cogí el coche camino a casa, vine pensando en ese detalle y en otras cosas claro, 100 kilómetros dan para pensar

Lo grave de esto ya no es solo el que un coche los pudiera haber atropellado, que seria bastante.. Pero la lectura que hago yo de esto es que las reglas ya no se cumplen, que no esta mal visto no cumplirlas y que a los que las cumplimos o lo intentamos por lo menos nos toman poco menos que por tontos. Tenían que ver la cara del repartidor, la forma en que nos miro desde el otro lado de la acera, la cara de triunfo que puso por llegar después de nosotros a la salida y llegar antes a la meta, pasándose por el forro las reglas de la competición, ¡pero estaba en la meta! Puede parecer una tontería esto del semáforo y seguramente lo será o lo seria si solo pasara en los semáforos pero la verdad es que eso hoy es un estilo de vida. No respetar nada ni a nadie adelantar por la derecha o por la izquierda, por encima o por debajo es igual, el caso es llegar antes que el otro y luego restregárselo por los morros. Además el que no juega a ese juego le pasa como a nosotros tres, se queda atrás se queda descolgado. Peligroso sistema este del todo vale. Eso puede funcionar una temporada pero claro, a base de hacer cada uno lo que le da la gana esto llegara a parar, a colapsar llegara al caos y entonces habrá que desempolvar y resucitar las leyes, las normas, las reglas y sobre todo hacer que se cumplan para que esto pueda volver a funcionar. ¡Pero! Lastima siempre hay un pero, uno por lo menos ¿Quien nos va a volver a meter en vereda? Con esta insana costumbre que tenemos de hacer lo que nos da la gana y la no menos insana costumbre que tienen las autoridades de consentirlo. ¿Quien va a ser capaz y tener el valor de recetar esos jarabes de sabor amargo tan difíciles de tragar pero tan útiles y necesarias como son autoridad y respeto? y ¿Quien va a ser capaz de hacer que nos los traguemos?

Es bastante triste que haya que llegar a recordar algo tan básico como el lenguaje de las luces de los semáforos o el significado de las señales de tráfico. Que no sepamos donde acaban nuestros derechos y donde empiezan los de los demás. Pero bueno la cosa esta así y no precisamente por mi culpa, yo seguiré esperando en los semáforos y dando vueltas para dejar el coche bien aparcado y como yo tantos y tantos otros aun a riesgo que nos tomen por tontos, pero claro siempre habrá alguien que nos mire desde la otra acera de la calle mientras nosotros esperamos que el semáforo cambie de color o desde la ventanilla de su coche aparcado encima de la acera o encima de un paso de cebra con gesto de burla. Una solución podría ser menos futbol y más Barrio Sésamo algo barato, educativo, fácil de entender, seguro y muy útil

¡A esta casa le están fallando los cimientos!

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