Elogio a don Luis Felipe Utrera Molina
La prudencia, consecuencia directa de la inteligencia, hace que algunos profesionales como el señor don Luis Felipe Utrera Molina, abogado estos días de la familia Franco, midan cada palabra, cada expresión, cada opinión con el máximo respeto a todas las posibles interpretaciones legales.
La prudencia cierra el camino a la discordia y al odio visceral.
Cuando el sentir de las personas lleva al enfrentamiento, solo la prudencia, incrustada en todo profesional del derecho, hace que las mentes se serenen, que las entrañas se apacigüen.
La prudencia no quita enemigos, la prudencia inhabilita al enemigo vengativo sin armas para el razonamiento.
La justicia, desde los romanos, que no de Roma, abre caminos que, aunque no todos curan las heridas, sí dan la fuerza para seguir luchando por los derechos personales.
Elogio al buen hacer, "sencillo, profesional, sin algarada callejera", del señor Utrera Molina.
Elogio a las derrotas morales, aunque duelan, porque, cuando la moral y la justicia personal se enfrentan a la tan encarnizada máquina populista electoralista, lo normal es decaer en casa...
No se sabe, ya se verá, lo que deparará el futuro en un posible Tribunal Europeo de Derechos Humanos...
Mientras aquí, elogio a la prudencia... Elogio al señor Utrera Molina.
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