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A Kike Gómez Haces, un adiós que deja estela

29 de Abril del 2010 - María Luisa de Miguel

Te nos has ido Kike, y nos has dejado un gran vacío, ese que sólo dejan las grandes personalidades, que no personajes. Las que están hechas a sí mismas, y son ellas mismas, por encima de modas, convenciones, normas, presiones y tentaciones. Pero tan grande como es el vacío que nos dejas es tu herencia, llena de principios, valores, concejos, enseñanzas y misiones para continuar.

El día antes de tu muerte, lo primero que me vino a la cabeza al despertar, temiendo ya lo inevitable, fue si te había devuelto el libro «Dar para recibir, en la vida y en los negocios». He reflexionado mucho en estos días sobre este pensamiento que me asaltó al comienzo de un día tan difícil, y sin duda una vez más Kike ya ibas por delante. Todavía no te habías marchado y ya estabas repartiendo tus legados.

Dar y vivir por y para los demás fue tu vida, tu misión, y por eso recibiste tanto cariño, apoyo, consuelo y compañía en el duro trance de tu enfermedad, y en el fatal desenlace de la misma. Como creyente sin fisuras tenías un sentido trascendental de la vida y de la muerte, que tanto yo como otras muchas personas compartimos. Estamos en este mundo para algo, para dar a los demás lo mejor que cada uno tenemos. En tu caso, Kike, fue dar todo, porque todo en ti era excepcional: una voluntad de hierro, una mente prodigiosa, un corazón inmenso, un espíritu inagotable y un alma eterna.

Un alma que ha quedado en muchas de las que formamos parte de esa misión que iniciaste allá por el año 1996 y que se llama ASEM, como tú cariñosamente decías «mis mujeres». Por las mujeres, especialmente por las empresarias, luchaste hasta el último día. Lo sé porque he estado a tu lado durante más de 13 años, y porque en los últimos días en el hospital, cuando todavía las fuerzas no te habían abandonado, seguiste dando consignas, ideando proyectos y compartiendo consejos.

Tu marcha deja una estela de luz, como sólo pueden dejarla las estrellas, las personas cuyo brillo y luz nace de dentro, y por eso es única. Una estela que nos has transmitido a muchas que hemos tenido el privilegio de ser tocadas con tu magia. Yo te recordaré siempre como mi mentora, seguro que lo has sido de muchas más. Siempre ejerciendo de hada madrina, con ese tono especial que tenías para cada una, que te hace crecer, sacar de ti lo que nadie más que tú sabías ver y convertirte en una mejor persona y profesional.

Has ayudado a crecer y brillar a tantas personas, a hacerlas más fuertes, más valientes, que quizá cumpliste tu misión demasiado pronto. Los cristianos y creyentes sabemos que cuando alguien se va de este mundo es por una buena y poderosa razón, que muchas veces el dolor no nos permite ver y comprender. Conociéndote seguro que tu partida ha sido un acto de generosidad y de fe en las personas. Te has ido para que las que quedamos podamos brillar por nosotras mismas, para que crezcamos y nos hagamos más fuertes, y continuemos luchando por lo que tú iniciaste.

Subtítulo: La impulsora de la asociación empresarial ASEM. ejemplo de vida

Destacado: Todo en ti era excepcional: una voluntad de hierro, una mente prodigiosa, un corazón inmenso, un espíritu inagotable y un alma eterna

A muchos esto les puede resultar incomprensible, lo mismo que a pesar del dolor y tristeza que nos inunda por tu pérdida física, sintamos una inmensa alegría por la herencia espiritual que nos has dejado. Tu alma no se ha ido, se ha quedado dentro de cada una de las mujeres que junto a ti hemos estado luchando «en las trincheras» por la dignidad de las mujeres y por darle a las empresarias el lugar que les corresponde en esta sociedad no siempre justa.

Y en «las trincheras» vamos a seguir Kike, con fuerzas renovadas, que son las que tu ejemplo de vida nos ha regalado.

Mis compañeras en ASEM, que han sido las tuyas durante todo este tiempo, me han pedido que te escriba unas líneas para transmitirte lo que hemos vivido durante todos estos años de andadura contigo, y lo que sentimos con tu marcha, pero también que vamos a seguir adelante como tú siempre hiciste. No he querido ser convencional, te hubiera decepcionado, y no estaría a tu altura. Tú nunca lo fuiste y triunfaste, y con ese ejemplo nos has permitido a otras atrevernos a serlo y luchar por seguir siéndolo.

Seguimos en contacto Kike.

M.ª Luisa de Miguel

ASEM

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