¿Es que en Asturias no se practica otro deporte además del fútbol?
Asisto atónita al «hojeo» a primera hora de la mañana (lunes 26 de abril) de la prensa, para buscar la reseña sobre el Campeonato de España de selecciones autonómicas de rugby, categoría cadetes, celebrado en Asturias los días 24 y 25 de abril en diferentes campos de la comunidad.
Paso y repaso las hojas, los artículos, noticias, reportajes sobre eventos deportivos y... nada. Fútbol y más fútbol (hacia el que no tengo nada en contra, vaya por delante), pero del evento buscado, nada de nada.
Y es que no debe de ser noticia de alguna importancia que diez selecciones de chavales, con sus respectivas familias y amigos, hayan viajado desde Andalucía, Valencia, Galicia, Navarra, Euskadi, Castilla y León, Cataluña, Madrid y Aragón para participar en un campeonato nacional, no debe de ser importante que estos chavales practiquen rugby, un deporte del que tanto deberían aprender algunos jugadores, técnicos y «políticos» del juego (que no del deporte). No es este lugar para hablar de las bondades del mismo, que las tiene, créanme y muchas, pero si me permiten diré de la imagen de los partidos a los que asistí en el campo del Oviedo Rugby, la concentración rigurosa en los calentamientos, la unidad extrema en el círculo que formaban alrededor de su capitán, el extremo respeto a las leyes del juego, a los árbitros del partido, a la afición, el extremo respeto a sus adversarios, el riguroso silencio en el campo a la hora de una transformación, y el grito unísono, la única voz que salía de las gargantas al empujar en la «melé». Después, al finalizar el encuentro, vencedores y vencidos haciéndose pasillo, aplaudiéndose y sobre todo respetándose. Ni un mal gesto por la derrota, ni una mueca por la victoria, alegría de todos por el juego.
Mi enhorabuena a la comunidad valenciana por la victoria y a todos los jugadores participantes por habernos permitido disfrutar de este deporte.
En Asturias hay mucho más que fútbol.
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