U. K.
Es el Reino Unido cuna de la estable monarquía parlamentaria y del cockney. Del deporte y la Revolución Industrial, Sherlock Holmes e Isaac Newton. De Adam Smith y David Hockney, los “Beatles”, Bridget Jones y el laborismo. Sociedad muy compleja y a la vez bucólica, con capital en la megalópolis de Londres –financiera y cultural–, está integrada por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Democracia pluralista multicultural con un gran tradicionalismo “tory” y todas las libertades comerciales, en su suelo coexisten más de cincuenta grupos étnicos y trescientos idiomas. Insular, de gentes un tanto peculiares y excéntricas, obreros de películas de Ken Loach, punkis, pastores anglicanos, lords de dominios en Belgravia y la campiña. Los verdaderos aristócratas vienen del tiempo de los normandos franceses, que se impusieron a los pueblos celtas y anglosajón. Llevan los británicos sangre picta, dicen que ibérica, celta antigua y gaélica, romana y juta, danesa, anglosajona, normanda. Y desde los años cincuenta del siglo pasado, italiana, griega, rusa, judía, polaca, nigeriana, caribeña, hindú, paquistaní. La lengua inglesa es la “lingua franca” de nuestros días, sin resquicio de dudas útil herramienta de progreso y acceso al conocimiento. Es el Reino Unido origen de Chesterton y Bertrand Russell, héroes y literatos, inconformistas, empresarios, industriales y filántropos, científicos, tradición educativa “Eton” y “Oxbridge” con toque elitista. Origen de los sindicatos y las libertades individuales de expresión, de Churchill y la caza del zorro. Es cierto que pesa ser la metrópoli de la exmancomunidad británica de Naciones, pero la gente normalita ya no suele alardear del imperialismo. Es Reino Unido un sistema de equilibrios en crisis, debido al afán secesionista de una Escocia que tiene poco ver con la Inglaterra del Sudeste, además de por el inacabable “Brexit”, exaltadamente antieuropeísta y antiburocracia de Bruselas, con unas consecuencias muy complejas y tal vez negativas. La patria de Enrique VIII, Thomas More, Shakespeare, Lord Byron, Dickens, Michael Caine, Lady Di, Maggie Thatcher, “Harry Potter”, Paul Preston, Stephen Hawking, Mary Beard e Isabel II. Una identidad tradicional y vanguardista a la par.
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