La solución (final)
Al igual que Pablo de Tarso camino de Damasco, las crónicas acerca de la celebración del 1.º de Mayo, Día del Trabajo -dicen las malas lenguas que es el Día del Año que los sindicalistas trabajan- me han hecho caer de la "burra" y captar en toda su profundidad la política real de nuestro bien amado gobierno socialzapaterista en su incansable lucha a favor del paro. Digo a favor puesto que su actitud de adopción de medidas 0 va, poco a poco consiguiendo el objetivo que se han marcado por cumplir: que todos los españoles no tengamos que trabajar... Trátase, pues de un nuevo entendimiento del desempleo en sentido estricto- si creyeran en el Evangelio lo fundamentarían en la consideración del trabajo como maldición Divina contenida en el Génesis-: el trabajo es un mal para los españoles que nuestros dirigentes tratan de evitarnos a toda costa, y para ello está "Papá Estado" para solucionarlo.
Sentada esa premisa, es fácil seguir la lógica normativa que va a aplicar: disolución de la familia, que entorpece la labor benefactora del Estado en la vida de la "ciudadanía", mediante la trivilialización del matrimonio y la maternidad; limitación del número de futuros ciudadanos a través de la ampliación del aborto para evitar sufrimientos innecesarios a quienes puedan llegar de nuevo a este mundo cruel; formación del benéfico espíritu socialista a través de la educación obligatoria para impedir evoluciones totalitarias que se apartan de la doctrinia única de aquél; próxima ampliación de los "derechos" de los trabajadores a continuar trabajando y, por último, en una cerca perspectiva temporal, reconocimiento del derecho a la eutanasia como culminación del círculo de la felicidad bien entendida.
Y después de describir el iter temporal, la explicación y justificación clara, valiente, ardiente de las medidas: establezcamos la jubilación obligatoria a los 68 años; traslademos el período máximo (dos años) de prestación por desempleo a esta edad, llegando pues a los 70, y, por fin, al cumplirlos, como regalo de cumpleaños, apliquemos la eutanasia activa a los supervivientes. Naturalmente la legislación ha de prever un período transitorio de adecuación para los supervivientes actuales mayores de 70 años, pero para ello uno se atreve a proponer el nombramiento del Dr. Muer (digo Montes) como titular de un nuevo ministerio de Sanidad y Evaluación Pública de la Vida, que "ajustaría" las excepciones temporales a la regla común. Fin del problema del paro y de la crisis económica.
¡Qué mal sabemos apreciar los españoles los ímprobos esfuerzos de nuestros gobernantes en aras de nuestra felicidad! Siempre seremos unos desagradecidos...
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