La lucha diaria del enfermo de fibromialgia
Quisiera dar voz a todas esas personas que, como yo, sufren esta enfermedad.
Me gustaría que si estás leyendo esta carta te pongas solo por unos instantes, tanto física como psicológicamente, en el lugar de todos aquellos que como yo padecen fibromialgia.
Empezamos el día (que para mí es lo más costoso) con la traba de que después de una noche sin un buen descanso me tengo que levantar igualmente para realizar mis tareas. Buf… ahí te das cuenta del grado de intensidad que tienes ese día de la enfermedad. Tu cabeza te dice: "Levántate", pero tu cuerpo te dice: “Hoy no estás como ayer”; no solo tienes los dolores por todo tu cuerpo, sino que hoy estos dolores son tan intensos que el simple hecho de incorporarte en la cama es ya tu primera lucha. Pero, aun así, lo haces.
Luego descubres que la ropa que ayer te pusiste hoy no te abrocha por la distensión (hinchazón) abdominal que sufres; entonces piensas: “Hoy va a ser un día complicado”. Aun así, quieres ser la persona que siempre fuiste e intentar afrontar el día con ilusión y fuerza, pero las acciones más cotidianas que realiza cualquier persona para ti son como correr una maratón. Sabes que eres esclavo de tu cuerpo y que por mucho que tu mente te diga: "Venga, que tú puedes”, tu cuerpo igual no puede. Ahí es cuando te afecta psicológicamente, por muy fuerte que seas. El querer y no poder te hunde. Solo esperas que llegue la noche con la esperanza de que mañana sea un poquito mejor que hoy.
Este es un pequeño resumen del día a día de todas esas personas que, como yo, padecen fibromialgia.
Estaré totalmente agradecida a don Alberto López Asenjo, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Gijón, por su comprensión ante enfermos como yo, por su interés en escuchar un testimonio en primera persona y su compromiso con los ciudadanos que sufren enfermedades tan complejas e incomprendidas como la fibromialgia.
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