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Hola de nuevo, Jesús (Capítulo ll)

24 de Diciembre del 2019 - Charo Vázquez (Oviedo)

Aquí me tienes de nuevo solo para decirte otra vez que este año tienes una invitación especial para venir a nacer a nuestro pesebre, que es nuestro corazón, el corazón de todos y cada uno, incluso, aunque no tenga fe, Tú estás dentro de él.

Ayer estuve leyendo un escrito precioso en un blog de decoración que sigo desde hace casi un año. No solo aprendo a decorar la casa, lo de fuera, hacer cortinas o saber cómo disponer las luces para crear un ambiente acogedor, sino, y esto es para mí lo más importante, he aprendido a decorar mi corazón y mi alma un poco por dentro, la tenía un tanto desamueblada. Creo firmemente que me hacía mucha falta. Nos pasamos la vida corriendo de un sitio a otro, pensando tan solo en "hacer", en ocupar nuestro tiempo en "no pensar"; cuando se piensa demasiado, nos damos cuenta que hemos de trastocar muchos asuntos que no encajan en nuestra vida y hemos de disponer de un poco de tiempo para meditar en lo importante. Aquí les dejo el enlace que cito en este párrafo, estoy segura de que les va a encantar.

https://www.stonegableblog.com/the-real-christmas-story/

¿Qué es lo importante? Creo que es apartar la mirada del suelo y lanzar los ojos hacia las nubes, que nos hacen volar y sentir en el alma un toque mágico de consuelo y ánimo. Vivimos con los pies tan pegados al suelo que no levantamos nuestra vista a nadie, no queremos involucrarnos ni queremos sufrir.

Esta mañana, yendo a hacer la larga-compra-navideña-eterna-que-nunca-se-acaba, me tropecé con un alumno de hace años, hablamos un poco, me contó que había hecho voluntariado en Colombia; yo le comenté que nunca podría ir a un país así, u otro parecido, solo pensando en que hay muchos insectos (no puedo soportarlos porque me obsesiono con que puedo llenarme de piojos, pulgas y demás). Con mucha calma me comentó que él solo pensaba en que nadie le disparara, solo pensaba en salir airoso y vivo en el día a día. Este alumno se llama Rubén.

Gracias al muy valiente Rubén y a esta decoradora que menciono al inicio de esta carta, me decidí a enviar el capítulo ll de esta carta "Hola de nuevo, Jesús". Hemos de mirar al cielo cuando algo vaya mal; antiguamente miraban a las estrellas y podían ver por adelantado qué tiempo iba a hacer, si merecía la pena ponerse en camino o si era mejor esperar a que los pronósticos mejoraran.

En la vida, a veces hay que parar, meditar lo que estamos haciendo, intentar mejorar lo que no nos gusta de nosotros e intentar ser un poco mejor cada día.

Pensando en la Virgen María, a la que con 15 años sorprende Dios con hacerla madre de su Único Hijo, ¡menuda tarea para una chica adolescente!; sin embargo, ella no se amilana, se fía de Dios, y le responde: "Hágase en mí según tu palabra". También pienso en José, ese futuro marido de esa niña de 15 años, que de repente recibe la noticia de que la mujer con la que está prometido para casarse está embarazada. Cualquier otro hombre, y más en esos tiempos, se hubiera ido, dejándola sola; ella quizás hubiera muerto lapidada. Pero no, no lo hizo, se fio del ángel que Dios le mandó para decirle: "Tranquilo, José, el Hijo que lleva dentro es el Hijo de Dios". A mí me habría dado un ataque no sé si de risa o de pánico.

Nos viene bien pensar de vez en cuando en este misterio de amor, que a veces no entendemos plenamente; por eso Dios nos da la fe, para ayudarnos a no desfallecer, a seguir cuando la vida, el trabajo o las personas nos puedan decepcionar enormemente. Dios nos ayuda a seguir incluso cuando parece que nos falla hasta Él.

Me despido de todos ustedes en estas fechas navideñas, en las que parece que lo único que hacemos es comprar, cocinar, decorar, buscar nuevas recetas para sorprender a los invitados, amigos y familiares; pensemos, sin embargo, en esa pareja de María y José, cuyo Hijo es a la vez Hijo de Dios. Busquemos en ellos la inspiración que necesitamos y contagiémosla a otros.

Gracias por dedicar su preciado tiempo a la lectura de estas líneas. Les deseo una muy, muy Feliz Navidad.

Como no sabía a quién elegir, les dejo unas líneas de dos poemas diferentes, uno de Gloria Fuertes y otro de Juan Ramón Jiménez, espero que los disfruten enormemente.

MARÍA MADRE

Gloria Fuertes

La Virgen,

sonríe muy bella.

¡Ya brotó el Rosal,

que bajó a la tierra

para perfumar!

La Virgen María

canta nanas ya.

Y canta a una estrella

que supo bajar

a Belén volando

como un pastor más.

Tres Reyes llegaron;

cesa de nevar.

¡La luna le ha visto,

cesa de llorar!

Su llanto de nieve

cuajó en el pinar.

Mil ángeles cantan

canción de cristal

que un Clavel nació

de un suave Rosal.

JESÚS, EL DULCE, VIENE...

Juan Ramón Jiménez

Jesús, el dulce, viene...

Las noches huelen a romero...

¡Oh, qué pureza tiene

la luna en el sendero!

Palacios, catedrales,

tienden la luz de sus cristales

insomnes en la sombra dura y fría...

Mas la celeste melodía

suena fuera...

Celeste primavera

que la nieve, al pasar, blanda, deshace,

y deja atrás eterna calma...

¡Señor del cielo, nace

esta vez en mi alma!

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