Eligio Hernández y Juan Negrín
El pasado 3 de diciembre publicaba este periódico un extenso artículo del que fuera fiscal general del Estado y militante socialista Eligio Hernández, titulado “La difícil estabilidad política del Gobierno PSOE-Podemos”, que hace un repaso de los acontecimientos en la Cataluña de los años treinta y que tenía como protagonistas, entre otros, a personajes tan siniestros como Azaña, Largo Caballero, Juan Negrín, Companys, etcétera.
La situación política de entonces se parece bastante a la actual, con algunas excepciones como es lógico, por ejemplo los muertos en la rebelión, el resto de peticiones o aspiraciones lo mismo que entonces, la república catalana, independencia, etcétera.
Pero lo que me llama la atención en este artículo es la loa que el autor del artículo hace de Juan Negrín y dice así:
“Como militante socialista veterano que ha dedicado más de media vida a la reivindicación histórica de Juan Negrín, presidente socialista del Gobierno de la II República, ilustre estadista y científico, maestro de grandes maestros...”.
D. Eligio tiene todo el derecho a reivindicar lo que quiera de este personaje, pero lo que yo he leído sobre él en lo que se refiere a su participación en política ha sido un desastre, y les aseguro que la bibliografía consultada ha sido extensa, más adelante les pondré varios ejemplos.
De su profesión de médico e investigador no se cuestiona su valía, fue discípulo de don Santiago Ramón y Cajal, creó una Escuela de Fisiología y entre sus alumnos están el premio Nobel asturiano don Severo Ochoa y el también asturiano don Francisco Grande Covián.
Hay un libro titulado “Los gángsters de la Guerra Civil”, cuyo autor es José María Zavala y en el que se describen las tropelías cometidas por políticos como Indalecio, Juan Negrín, Santiago Carrillo, etcétera.
El capítulo dedicado al doctor Negrín tiene 58 páginas y el autor lo titula así: “Negrín, un bon vivant sin escrúpulos”, veamos lo que dice de él.
“Negrín, al contrario que los miles de españoles que habían cruzado la frontera, no tenía nada de qué preocuparse para seguir viviendo con dignidad; más que eso: él residía a cuerpo de rey en aquel piso parisiense por el que pagaba una renta mensual de 3.200 francos. Adviértase para hacerse una idea del nivel de vida de nuestro personaje que el jornal de un obrero especializado en París era de tan sólo 48 francos mensuales, y de 27 francos una mujer”. Página 264.
Luis Araquistáin, periodista, escritor y político, dijo de él lo siguiente: “El hombre de Gobierno más inepto e irresponsable que ha tenido España desde hace muchos siglos...”. Página 265.
“A los pocos días de iniciarse el alzamiento nacional, Negrín había conseguido que el Banco de España transfiriese una serie de remesas en libras esterlinas al Banco de Francia. Así, desde julio de 1936 hasta enero del año siguiente, la suma se elevaba ya a 21.964.444 libras esterlinas que, una vez realizadas las oportunas transacciones, fueron a parar precisamente a cuentas privadas de personas identificadas con la causa republicana, entre ellas por supuesto figuraba el propio Negrín, titular de una cuenta en el Eurobank con un saldo que entonces se elevaba a 370 millones de francos, según constaba en libros y documentos del Banco España”, página 266.
“Por si fuera poco, el gobierno de Negrín vendió a una sociedad belga un cargamento de plata de 150.000 kilos. Más dinero que sumar al llamado tesoro de guerra de Negrín”. Página 267.
“Al que fuera catedrático de Filología por la Universidad de Madrid y alumno destacado de Santiago Ramón y Cajal podía catalogársele sin temor a equivocarse como un fiel exponente del bon vivant. Le perdían las mujeres y bebía casi con la misma fluidez que el agua su whisky preferido, etiqueta negra”. Página 268.
“Comía y bebía”, recordaba su antiguo compinche Indalecio Prieto, “lo que puedan comer y beber cuatro hombres juntos, pero, a fin de eludir testigos de tamaños excesos, cenaba dos o tres veces pero en distintos lugares”. Página 268.
“Mujeres... y dinero. Negrín se cuidó desde el principio de la guerra de amontonar un grandioso tesoro fuera de España”. Página 269.
“Por si fuera poco, parte de las requisas y saqueos domiciliarios completaron el botín de guerra de Negrín”. Página 275.
“Entre octubre de 1936 y marzo de 1937, el gobierno francés evaluó en 3.900 millones de francos-oro los envíos realizados por Negrín y controlados por la aduana, como señalaba el veterano anarquista Francisco Olaya”. Página 277.
“A medida que empeoraba la situación bélica, Negrín se extralimitó en sus facultades y pensó en transportar a la URSS 7.800 cajas de oro, con un peso de 510 toneladas métricas de la que 460 eran de oro puro”. Página 289.
“El 25 de octubre de 1936 sobre las diez de la mañana se cargó la última caja en uno de los barcos soviéticos. Méndez Aspe aseguró que el oro enviado a Moscú suponía las tres cuartas partes de las reservas del Banco de España”. Página 301.
“El principal responsable había sido Negrín, que conservó celosamente hasta su muerte los documentos sobre la gestión del oro”. Página 306.
“Con el traslado del oro a Moscú, la República quedó hipotecada financiera y militarmente con la Unión Soviética. Negrín y otros dirigentes republicanos perdieron una valiosa arma de negociación y quedaron supeditados en muchas decisiones a los designios de Stalin, cuando no a mirar por otro lado antes las intromisiones y los desmanes de su Policía secreta en España”. Página 307.
Esto es un pequeño resumen de las tropelías cometidas por este personaje siniestro, aunque don Eligio Hernández trate de convencernos de lo contrario.
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