Orondos
Según el Diccionario de la Real Academia, el adjetivo “orondo” hace referencia a algo o a alguien que podemos calificar como “Hueco, hinchado, esponjado”, o como “Lleno de presunción y muy contento de sí mismo”.
El alcalde de Oviedo, don Alfredo Canteli, defiende la pérdida de la Cometcon en la ciudad porque el impacto de la subvención destinada a tal evento “era nulo o mínimo” para la ciudad. En cambio señala, en referencia al coste del mástil de la bandera de España colocada junto a la plaza de la Escandalera, que “para que un mástil de 25 metros sea seguro hay que invertir lo que haga falta”. Y apuntaló su decisión señalando que “cuando las cosas se hacen bien cuestan dinero”. Esperamos que haya calculado bien el impacto que, para las arcas de comerciantes y hosteleros, va a tener dicha bandera.
El presidente de nuestra comunidad autónoma, don Adrián Barbón, hablando del estado de la estación de Valgrande-Pajares, señaló hace unos días que “entre invertir en terminar un colegio o un instituto o invertir esos millones en la estación, lógicamente hemos decidido apostar por la educación”. Sin embargo, no hay problema para que su nuevo Gobierno autonómico se organice de forma “ligeramente expansiva”, expansión que solo supone “un ligero incremento del gasto de poco más de un millón de euros”.
Eso sí, ambos mandatarios se han quedado totalmente orondos tras sus declaraciones para justificar sus decisiones de gasto.
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