Cristina ya no quiere templar gaitas
Siempre que hablo con mi querida prima Cristina surgen en nuestra conversación algunas expresiones que me llevan a investigar su origen. No el origen de Cristina, que nos hemos criado juntos, sino el de determinadas frases hechas que ella utiliza frecuentemente y que me hacen pensar.
Ayer me decía que siempre le había tocado “templar gaitas”, pero que ya estaba un poco harta y que iba siendo hora de cambiar, aunque dudo que lo consiga porque creo que ciertas actitudes tienen más que ver con el ADN que con la voluntad.
Yo llevo media vida templando gaitas, y así me va. Pero no me planteo cambiar porque sé que aunque me lo propusiera no lo iba a conseguir. Son ya demasiados años apagando fuegos. En todo caso creo que me vendría bien hacer un curso de solfeo o unas prácticas contra incendios, porque, puestos a templar gaitas, pienso que siempre será mejor hacerlo sin desafinar, y de no ser lo que soy tengo muy claro que me hubiera gustado ser bombero. Mejor me hubiera ido, supongo.
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