¿De quién son nuestros hijos?
El pasado día 17 de este mes de enero, estaba tranquilamente sentado en un sillón viendo y escuchando la televisión cuando aparecieron en pantalla tres señoras ministras del reciente Gobierno. Mientras se dirigían a sus correspondientes asientos, se las veía muy ufanas, resueltas y yo diría que alegres, por lo que intenté prestarles toda mi atención.
La primera de ellas, que aparecía a la izquierda de la pantalla, se dirigió a todos los espectadores y la oí claramente hacer una manifestación que me dejó helado, yo creí que eso era imposible que lo dijese una autoridad aquí en España, me pareció que podía ser posible en algún régimen totalitario, comunista extremo, y no sé si en esta época era posible tal desatino, pero en un país moderno como el nuestro, integrado en Europa y en el año 2020, eso era un exabrupto fuera de toda lógica.
Bien, esta señora ministra dijo, sin alterarse lo más mínimo, como si anunciase que “iba a entrar un frente nuboso por el Noroeste”, “que los hijos no eran de los padres”. ¡Ostras! Pegué un respingo y por poco me caigo del sillón.
Creo que se trataba de la ministra de Educación y el tema trataba sobre la educación de los hijos.
Otra ministra (no sé a ciencia cierta su cometido) que estaba a su lado dijo algo que subraya las ideas que estas ministras, y creo que el Gobierno en general, tienen respecto a la educación de nuestros hijos y nietos. Vino a decir (no recuerdo las palabras exactas) que no se podía dejar "la educación en manos de unos padres que podían ser ‘homófonos’ y no permitirían que sus hijos tuviesen una educación real, completa y libre de la sexualidad o que cada uno pudiese expresar libremente los diferentes matices de la sexualidad”.
En mi vida he recibido un impacto más fuerte que al oír esas aseveraciones en boca de unas señoras ministras, de mi nuevo Gobierno de la nación. ¿Pero qué dicen estas señoras? ¿De quién son entonces los hijos? ¿Quién se ha esforzado en muchas ocasiones en trabajar por y para ellos? ¿Quién ha sufrido cuando estaban enfermos? ¿Quién los quiere más y se sacrifica por ellos? ¿Pero qué dicen estas señoras?
Estos políticos atribuyen al Estado la responsabilidad de la educación de los niños, pues consideran que como son “progresistas de izquierdas” ellos tienen la clave de la buena educación, de la educación en libertad para todos, de la igualdad llevada al extremo “de que los desiguales son también iguales”, y que nadie es lo que aparenta, sino lo que ellos quieren ser. Nadie nace del género masculino o femenino, aunque, eso sí, unos tengan pene y otras vulva, pero eso es lo de menos, lo esencial es que cada uno será lo que él quiera ser y ellos con su educación intentarán por todos los medios que nadie sea lo que es, sino lo que quiera en cada momento.
En fin, que esto no hay quien lo entienda, y que los padres no puedan interesarse por la educación de sus hijos es una aberración que cualquier mente normalmente configurada es difícil que pueda entenderlo.
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