¿A los socialistas les vale todo?
Ya hace tiempo que mucha gente nos preguntamos si a los socialistas les vale todo para llegar y para mantener el poder. Estamos gobernados por un hombre al que lo único que le preocupa es aferrarse al poder cueste lo que cueste, un hombre al que podemos considerar, y también se puede demostrar, como el político más mentiroso de los últimos tiempos. A este hombre ya lo echaron en una ocasión los propios socialistas, pero ahora parece que consienten bastante más, aunque algunos no perdemos la esperanza.
Sánchez ha mentido descaradamente a los socialistas que acudieron a sus mítines, ha mentido al comité federal y a la propia comisión ejecutiva del PSOE y ha mentido a todos los españoles en el debate televisivo de la última campaña.
No creo necesario repasar las mentiras porque todo el mundo las conoce y los socialistas como nadie para luego defenderse. Lleva ya unas cuantas y no parará aquí, estoy seguro. Eso sí, siempre serán por el bien de España. No entenderé nunca que una persona pueda ser tan ruin y falsa engañando a propios y extraños con tanto descaro. Además, lo más preocupante, sus acólitos también justifican a coro sus mentiras. Les da igual que les mienta directamente, no les importa que les llame tontos por dejarse engañar de esa manera, permiten calladitos la burla que les hace constantemente.
Hace muy poco, días, los llamados varones del PSOE lanzaban ciertas pautas al aire como "avisando" a Sánchez. Hoy podían estar callados, pero no, hablan para cerrar filas con su jefe. No les importa lo que diga o lo que haga, siempre será venerado por estos zascandiles, aunque vaya claramente contra su comunidad. Da igual que sea Fernández Vara, García Page, Lambán Montañés e incluso Susana Díaz, que tanto despotricó contra Sánchez y ahora está muy enamorada, aunque ya se baraja que no volverá a ser candidata.
Que me disculpen los varones, pero en mi opinión son unos cobardes, políticamente hablando, que están cagados en los sillones del poder y aunque huele muy mal no se atreven a levantarse por temor a que les ocupen el asiento. La mierda les salpica pero no les importa si viene del jefe, y, lamentablemente, no solo son los varones, hay bastantes más discordes con Sánchez pero que también están calladitos o dicen "sí, mi rey". Uno tiene confianza en que los socialistas no apegados al poder ni viviendo de sillones voten en la próxima convocatoria electoral en conciencia.
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