Por qué no se debe comer pescado ni marisco
Los mares y los océanos son el sumidero de sustancias contaminantes, desde las aguas residuales de las ciudades, que acaban en el colector del alcantarillado y desaguan al mar, pasando por los residuos líquidos de la industria y los desechos de limpieza de los barcos. Entre los contaminantes vertidos a los mares y océanos, los más nocivos son los metales pesados y productos químicos, seguidos de los plásticos y fibras sintéticas. Estas sustancias no son eliminadas por los mares y océanos hasta transcurrido cierto tiempo –años, incluso siglos en caso de los plásticos–, en que se diluyen en los mismos. El lapso de degradación motivó que sean ingeridos por los animales marinos, los cuales pasan a la cadena alimenticia, siendo absorbidos por los humanos que los comen, lo que genera alteraciones en el sistema endocrino, además de provocar enfermedades neuronales y determinados tipos de cáncer, como el de esófago.
Hay datos que corroboran que el trasvase de metales pesados se produce a terceros en la cadena alimenticia, tal como se ha comprobado entre los inuit. Análisis sanguíneos de los inuit han proporcionado un dato alarmante, como es la alta concentración de metales pesados en los mismos, metales pesados que han llegado a los inuit pasando del pescado al animal que los ingirió; es decir, la base de la alimentación de los inuit son las focas: las focas se alimentan principalmente de bacalao, el bacalao es uno de los peces con mayor concentración de metales pesados, por lo que está demostrado que el metal pesado se transfiere a la cadena trófica, al no eliminarse nunca. Es más, si las personas que consumen pescados son comidas por otras personas que practiquen el canibalismo, estas últimas ingerirán los metales pesados acumulados en las primeras.
Por lo tanto, los metales pesados son la sustancia más nociva, y que varía de unas especies a otras, de tal modo que los crustáceos como las gambas y langostinos tienen elevadas concentraciones de cadmio, y pescados, como el atún, lo tienen de mercurio, plomo y arsénico. De este modo, la acumulación de metales pesados es mayor cuanto mayor es el animal; al alimentarse de otros más pequeños que le transfieren por la cadena trófica los metales pesados, y los de aguas más frías, puesto que los metales pesados tardan más en disolverse cuando más fría es el agua; con lo cual, nos encontramos con los mayores niveles de metales pesados en el atún, tiburón y pez espada, al ser los de mayor tamaño, así como el bacalao y salmón, al ser de aguas más frías.
Tras los metales pesados, como segundo compuesto contaminante presente en el pescado y marisco, están los productos químicos, procedentes de industria y la agricultura, entre ellos destacan los nitratos y los nitritos, junto a los fármacos expulsados por la orina del ganado. Los moluscos y los peces cercanos a la costa y desembocadura de los ríos son los que tienen más cantidad de sustancias químicas.
Finalmente, hay otros compuestos cuya presencia ha ido en aumento en los mares y océanos, como son los plásticos, cuya degradación facilita su absorción, así como las fibras sintéticas, que en partículas milimétricas son ingeridas por las mismas.
Ante todos estos hechos, el departamento de salud de EE UU ha prohibido el consumo de pescado a niños y embarazadas, especialmente el atún, pues ha constatado un aumento de enfermedades, y con las mismas un incremento del gasto sanitario. En la UE, y especialmente en España, no se ha adoptado tales medidas por presiones de intereses económicos, pero más pronto que tarde se verán obligados a seguir las normativas del Departamento de Salud de EE UU, especialmente cuando la OMS exponga las recomendaciones con el consumo de pescado y marisco. Claro que entonces será tarde para todos los que contraigan enfermedades derivadas de dicho consumo.
¿Por qué el Ministerio de Sanidad de España oculta los índices de metales pesados en sangre de los españoles? Porque están entre los mayores del planeta y saldrían a la luz datos alarmantes, como los siguientes:
1.º La calidad espermática de los españoles ha caído drásticamente respecto a la de hace cuarenta años. Esto significa un aumento exponencial de la infertilidad en España.
2.º El afeminamiento de los españoles se ha extendido, al igual que ocurre con los peces que, por la contaminación química, cambian de sexo de machos a hembras.
3.º La inteligencia de los españoles ha descendido en las tres últimas décadas.
Un saludo.
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