Colegio Liceo-Las Corolla, gracias
Queridos profesores, padres, y alumnos todos: Hoy es un día especial para todos nosotros, lleno de emociones y de sentimientos encontrados. No sabemos si reír por haber terminado nuestro paso por el colegio, o llorar por tener que abandonar el espacio que durante quince años en el caso de una gran mayoría, para otros alguno menos, nos ha servido de cobijo y nos ha visto crecer y cambiar.
Si dividiéramos nuestra vida en periodos de quince años, veríamos como todos son importantes y todos nos ofrecen muchos cambios. Cuando tienes dieciocho, como nosotros, los próximos quince, están llenos de novedades e ilusiones: elegiremos una profesión, en principio la que nos gusta, iremos a la universidad y nos enfrentaremos a un nuevo ambiente y a nuevos retos personales y profesionales.
Cuando tienes treinta años, quieres estabilizarte, alcanzar todos los sueños y cumplir los proyectos que te habías propuesto.
Pero cuando tienes tres años, y te traen al colegio la primera vez, son tus padres, los que están poniendo en marcha su proyecto, en el que nosotros somos los principales protagonistas. Desde entonces hasta ahora han pasado quince años y estos, os aseguro, que si que han sido de grandes cambios , qué poco imaginaba yo por aquel entonces, todo lo que me quedaba por aprender, no sólo en el ámbito docente de todas las asignaturas, sino a convivir, a tolerar, a compartir...
Tenemos un recuerdo especial para muchas profesoras que a lo largo de nuestra vida, nos han acompañado y que ahora ya no se encuentran en el colegio; seguro que alguna se nos queda en el tintero, pero deben perdonarnos el descuido que no el olvido, mencionamos por ejemplo a la Srta. Nery que nos dio el impulso para pasar a primaria, como no, a la Srta. Sabina, a la Srta. Dely, y a la Srta. Loli... ya en secundaria a Carmen Iglesias, a Marina, a Inés, a Cesar a Juan Manuel y Víctor, que han sido abanderados incansables de todos nuestros viajes y salidas culturales.
Hoy todos nosotros, somos conscientes que nuestro colegio, es un gran espacio, un lugar privilegiado. El entorno dónde han transcurrido nuestros recreos, no puede compararse a ningún otro colegio de la ciudad, ese jardín cuidado con mimo por Jose, que nos ha sacado a casi todos de algún que otro apurillo, y al que le llevaremos en el corazón siempre.
En fin, no quiero alargarme más, para terminar os diría que, como el roble que se encuentra en la entrada, y cada año pierde sus hojas, con cada graduación, se va deshojando una nueva promoción de alumnos, os deseo que al igual que ese árbol que tiene unas fuertes raíces, que le hacen renacer cada primavera, nosotros sepamos renacer, ante cada dificultad que el futuro nos pueda deparar, con la impronta que el colegio Liceo La Corolla ha dejado en todos nosotros.
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