De justicia es que se conozca la verdad
Son innumerables las tertulias organizadas en los distintos medios de comunicación a raíz de las explosivas declaraciones de nuestro señor Presidente respecto a las medidas económicas que nos ayudarán a salir de esta crisis (amén).
Un leitmotiv de dichas tertulias es la rebaja del salario de los funcionarios. Al respecto, todos coinciden en manifestar su absoluto acuerdo con tal medida (esto ya lo sabían nuestro señor Presidente y sus brillantes asesores). Expresan lindezas cómo «¡ya está bien, que tienen trabajo indefinido!». Desconocen el enorme porcentaje de eventuales que existe en todas las administraciones, pero el argumento más socorrido y demoledor que utilizan es «¡ya los trabajadores de la empresa privada llevan sufriendo rebajas salariales estos dos últimos años!».
Dicho esto y aceptando de buen grado esa rebaja del 5 por ciento, que no admitiendo el proceso que ha llevado a la solución final, les explico.
Soy funcionario desde el año 1993 y antes había trabajado 20 años en otra empresa. Los datos, también demoledores, son los siguientes:
Nuestra subida salarial para el año 2010 fue del 0,3%.
Considerando hasta el año 2009 son 16 años a computar, de esos 16 años, en uno nos fue congelado nuestro salario (Gobierno de nuestro señor Presidente Aznar); el resto, 15 años, tuvimos subidas salariales anuales del IPC previsto (por real decreto) sin cláusulas de revisión salarial. En la empresa privada todos los convenios colectivos firmados a lo largo de estos años han dispuesto, al menos, de dicha cláusula de revisión.
Por otro lado, hay que decir que jamás los funcionarios nos hemos quejado públicamente de esta circunstancia, jamás nos hemos movilizado ni manifestado para dar a conocer esta situación. ¡Hemos sufrido nuestra enfermedad en silencio, como se sufren las hemorroides!
Es obligado recordar que a grandes rasgos los sueldos de los funcionarios, los de las oposiciones, no esos altos cargos y asesores que sirven a la patria y que acceden a sus cargos por la cara o por tener un buen amigo. Decía, que me pierdo, que los sueldos oscilan entre los 1.000 y 3.000 euros netos; teniendo en cuenta que la mayoría son los de los auxiliares y administrativos y que oscilan entre los 1.000 y los 1.200.
Son innumerables los análisis económicos e informes (sobre todo, de nuestros señores los sindicatos) sobre la pérdida acumulada de poder adquisitivo de los malvados y privilegiados funcionarios, que obtienen su condición y trabajo después de hincar mucho el codo a la luz de un flexo y someterse a la presión de masivas oposiciones. Dicha perdida es, a la baja, del orden del 20 por ciento (¡no está mal, eh!).
Obviamente, no me he inventado toda esta información, la misma puede ser contrastada por esos eruditos y brillantes tertulianos y por todos los que en el mundo han sido, incluidos los magníficos periodistas.
Para finalizar y no aburrirles más, ni yo ni todos mis compañeros funcionarios esperamos medallas ni reconocimientos públicos aderezados con aplausos y/o fuegos de artificio, pero espero que esta información sirva, si así lo consideran, para que todos los eruditos citados reformulen o maticen sus juicios y para que la ciudadanía en general pueda formar opinión con toda la información y no sólo con la que, por desinformación, ignorancia o mala intención, nos alimentan nuestros políticos más cercanos y los medios de comunicación.
Atentamente les saluda un malvado y privilegiado funcionario, que aunque enfadado, seguirá cumpliendo con su deber y atendiendo al sufrido administrado con la eficacia y respeto que se merece. Incluso después del recorte del 5 por ciento, que pueden estar seguros de que al final será mayor.
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