La Justicia necesita "corazón"
Sucedió en Teruel. Los niños no querían irse con su abuela. Una tía materna quería acogerlos, incluso personas del pueblo, conocidas de los niños, imponían la necesidad de llevárselos con ellos y tenerlos en sus casas, porque era un dolor ver la cara de esos niños, que no querían vivir con su abuela paterna.
Pero la Justicia, señora jueza o señor juez, decidió entregar la “custodia” de los niños a la “abuela paterna”.
Unos niños adolescentes, de 10 y 12 años, que quedaron huérfanos porque su padre les arrebató la vida de su madre, descarada y crudamente, delante de ellos.
La Justicia ya sabemos que no tiene corazón ni sentimientos, tiene que regirse por lo que dicta la ley. Pero este caso tan cruel de presenciar niños e hijos del “parricida” este “horror” no tiene parangón.
Por eso, en estos sucesos tan “descarnados”, en los “dictámenes de la Justicia” se deberían tener en cuenta el corazón y los sentimientos, para ser verdaderamente justos.
Porque esos niños con qué ojos de cariño pueden ver o mirar a esa “abuela” madre del asesino de su madre. Aunque esta pobre señora no tiene culpa de nada, tampoco ellos tienen la madurez necesaria para mirar con buenos ojos a la madre del que quitó la vida a la suya, y esta nunca reconocerá en su justa medida la culpabilidad de su hijo. Esos niños serían injustamente maltratados de alguna manera. ¡No deben pagar con más sufrimientos!
Porque esta abuela paterna no puede ver a esos niños como a nietos normales que se desea tener y disfrutar de ellos, porque siempre le recordarán, con dolor y tal vez incredulidad, que su querido hijo es un “asesino”.
Esa convivencia nunca será apacible, relajada ni deseada por ambas partes, y mucho menos para volcarse en cariño y comprensión hacia ellos en estos momentos que más lo necesitan.
Creo que hay “casos” que se deberían regir por las necesidades de amor y cobijo sano para promover un pronto olvido, como en lo sucedido a estos niños.
¡¡La Justicia, según en qué “caso”, necesita corazón!!
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