Crecimiento económico
Es posible e inaceptable, y además no serviría de nada, decir a los pobres de China e India: «No podéis tener lo que tenemos nosotros». Por lo tanto, la única forma que tenemos de llegar a un acuerdo con las gentes de todo el mundo para preservar la civilización humana es decir: «La economía no continuará creciendo por el mero hecho de crecer. El mundo será más equitativo cuando todo el mundo tenga cubiertas las necesidades básicas y cuando dejemos de buscar el sentido de la vida en un crecimiento económico y un consumo cada vez mayores». Porque nuestra sociedad, que es donde eso ocurre, no sólo está esquilmando el planeta y haciéndolo insostenible, sino que está haciendo desdichada a la gente.
Ante la imposibilidad de controlar el aumento exorbitante de la población mundial, si ésta crece el 50% en los próximos cuarenta años, y el crecimiento en el período se cree multiplicado por cuatro, el peligro para el medio ambiente es una combinación de la cantidad de personas y sus hábitos de consumo, que se deben en gran medida al crecimiento económico. Por lo que la cuestión no es el número de habitantes, sino el número y su capacidad para adquirir recursos biológicos, fuentes energéticas, el uso del agua, etcétera. Los expertos sostienen que los mayores peligros son el crecimiento de nuestra economía y el uso que hacemos de la riqueza. Ante la pobreza necesitamos crecimiento económico, sí, en pro de los pobres. Pero además eso debe ir aparejado a la garantía de que a medida que aumente la demanda de energía ésta sea respetuosa con el clima, con su entorno local, con el agua. Por tanto, nuestro reto consiste en hacer que nuestros recursos se utilicen del modo más sostenible posible.
Cada individuo debe sumarse y contribuir para conseguir algo mejor e invertir las tendencias actuales. Concienciación. Dejar de ser observadores pasivos de la naturaleza y vincularnos, participar y cohabitar con ella. Y como en nuestra civilización impera la ética del estómago (lo primero, comer, la ganancia fácil), debemos disponer de los medios necesarios que eviten a un ser humano la dolorosa posibilidad de que pase hambre por respetar a la naturaleza.
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