¿Qué nos está pasando?
Quería invitar con mi texto a la reflexión sobre lo acontecido hoy, 7 de marzo de 2020, en "la cuesta del Cholo" de Gijón, punto de encuentro de gijoneses y visitantes, lugar de referencia para disfrutar de la tarde en buena compañía.
Alrededor de las 19:30 horas de la tarde me disponía a bajar por la citada cuesta, con una amiga, la sillita de su niño de 2 años y mi bebé de 11 meses, en su sillita.
Cuál fue nuestra sorpresa al ver cómo nos miraban con caras de pocos amigos e innumerables protestas a nuestro paso, aun cuando íbamos pidiendo disculpas por "molestar" a la gente que estaba sentada en la acera, que tenía que moverse o levantarse, para que pudiéramos pasar.
No acabó ahí la cosa, sino que empeoró.
Muy "amablemente" y sin habérselo pedido, una chica cogió la parte delantera de la silla de mi bebé para "ayudarme" a bajar la silla a la calzada, esa por donde pasan los coches, "vas mejor por aquí", me dijo.
Y ante la vergüenza de estar "molestando" a todos aquellos "trabajadores" afanados del ocio, sin rechistar, continuamos bajando por la carretera, hasta que los coches nos devolvieron, como es lógico, a la acera.
"¿Pero por dónde crees que vais a pasar?", me preguntó "muy amigable" una mujer, mirándonos como si fuéramos extraterrestres salidas de otro planeta.
Una mujer muy solidaria, como muchas de las que mañana, 8M, se abanderarán feministas, pero que critican a otras mujeres que no empatizan, que no se solidarizan ni se ponen en tu piel.
"Pues creo que voy a pasar por la acera, por donde no ponga en peligro mi vida ni la de mi hija, porque por la carretera circulan los coches".
Mi amiga y yo no salíamos de nuestro asombro.
Un grupo de chicos hasta dijo: "Si no llega a ir con la guaja le tiro una botella".
A excepción de dos chicas y un chico, que se disculparon por estar "ocupando" la acera, todo lo que nos recibió hoy en "la cuesta del Cholo" de nuestro Gijonín del alma fueron malas caras, malos gestos, frases maleducadas y gente grosera, porque estábamos pasando con dos sillitas de bebé por una acera y pidiendo disculpas a nuestro paso.
Solo pretendo invitar a la reflexión: ¿dónde ha quedado nuestra educación?, ¿de verdad es un acto que merezca disculpa disfrutar de la ciudad como hacen nuestros conciudadanos?, ¿en qué momento hemos perdido el respeto?
Y por último, tanto mi amiga como yo nos preguntábamos, qué habría pasado si nuestros maridos nos hubieran acompañado, ¿se habrían sentido ellos igual de acosados que nos sentimos hoy nosotras?
Para cambiar el mundo debemos empezar por nosotros mismos, por mirarnos el ombligo y por esos pequeños gestos que tal vez algún día nos lleven a no tener que reclamar los más básicos de los derechos.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

