Los sinvergüenzas del Parlamento asturiano
Hasta aquí millones de futboleros españoles ya contábamos, claro, con el título de seleccionadores nacionales de fútbol. Desde hace un mes, somos además expertos epidemiólogos, aunque no todos, a lo que se ve. Y es que primero las frivolidades en el consentimiento de las manifestaciones del 8M en pro del “Ista, ista, ista”, la permisión en los intercambios con Italia de miles de aficionados al balompié y, no digamos, la reciente compra del “testmocho” convierten al Gobierno de España (el más numeroso, plural, y según sus propios miembros el más progresista de la historia), lo convierten, reitero, en una banda de inútiles, como decíamos de guajes, “de marca mayor”.
Ninguna pérdida comparable, por supuesto, a las miles de muertes y, en menor medida, a las enfermedades o las secuelas psicológicas de esta maldita guerra. La ruina económica es la última de las consecuencias que, teniendo un tamaño inconmensurable, nos obligará a reajustar nuestras vidas, a rebajar las aspiraciones materiales y frivolidades varias. En Asturias son miles las empresas que se predisponen a dichos reajustes para sobrevivir, cuando no, y lo que es peor aún, para morir definitivamente.
Debería ser el momento de la política con mayúsculas, sin partidismos, ni ideologías, el tiempo del “todos a una” sin diferencias ni frentismos. Pero a lo que se ve, solo debería, porque salvo la excepción que comentaré, la práctica totalidad de nuestros políticos asturianos permanecen agazapados en la caverna, supuestamente, eso sí, teletrabajando, otro eufemismo para añadir al diccionario de sus embustes.
Hemos sabido que los parlamentarios asturianos renuncian a las dietas por kilometraje ¡solo para los plenos! (que legalmente no se pueden celebrar por la cuarentena). ¡Uffff!, habrán quedado con la conciencia limpia, fija y esplendorosa; se creerán que ya es suficiente; que con esta gigantesca displicencia la ruina económica de Asturias (en la que ya estábamos), tras 40 años de desgobierno socialista, llegará a su fin. Y no está de más recordar que el truco de las dietas por kilometraje ha sido demasiadas veces, eso, un embuste más para engordar sus soldadas millonarias. Pero hasta esto hemos consentido sin penalización alguna. Mejor dicho, lo han consentido ellos mismos, por la sencilla razón de que la mayoría lo ha practicado.
Toda Asturias está dando muestra de su mejor cara, toda menos los políticos que, otra vez, no dan la talla. El diputado autonómico de Foro Asturias Pedro Leal Llaneza acaba de proponer la reducción de las asignaciones a los partidos políticos de la Junta General del Principado de Asturias en tanto que “... no hay funcionamiento que retribuir". Pues nada, por más que pueda parecer increíble, la medida tan solo fue apoyada por los diputados de Vox y Podemos. ¿Hace falta recordar quiénes son los sinvergüenzas de la Junta General del Principado de Asturias? Yo, como decíamos en la escuela, los espero a la salida.
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