Familias, infancia y maestras en cuarentena

Me gustaría compartir el esfuerzo que los pequeños están haciendo estos días en sus casas. Soy maestra, hasta el día 13 de marzo realizaba una función que conozco desde hace más de treinta años. El día 14, en mi colegio sin niños, entendí que empezaba otra experiencia, la de ser maestra sin el contacto con las miradas ni los gestos.

Agradezco haber confiado en las familias y haber creado con ellas un grupo para comunicarnos, para enviar mensajes urgentes o alguna aclaración. Ese grupo y los correos electrónicos han sido fundamentales para ir adaptando la respuesta de la maestra a los niños y también a las familias. Son dos semanas de escucha muy activa, de prestar mucha atención a las necesidades de los demás y de muchos mensajes de aliento dentro del grupo.

Agradezco a las familias de mis niños y niñas el apoyo que he recibido para poner en marcha las clases virtuales, en una semana hemos mejorado los puentes de comunicación y hemos establecido un sistema semanal de trabajo, una rutina para que los niños vivan la cuarentena tranquilos, sabiendo que los adultos seguimos estando a su lado, acompañando sus aprendizajes. Nos hemos planteado que la cuarentena permite ejercitar, mantener los músculos de la mano y el órgano del cerebro activos para consolidar lo aprendido y mejorar lo que ha quedado menos claro.

Hemos tenido una reunión virtual de familias, bendita plataforma TEAMS que nos ha permitido vernos y coordinarnos, durante la reunión hemos acordado que ese ejercicio rutinario, que pueden realizar estos días con el material que les proporcionamos, es solo un ejercicio de mantenimiento, no es lo más relevante, lo importante es el afecto, aportar seguridad, mantener la tranquilidad. Es el tiempo en familia y de compartir experiencias en la red, esa red que nos ofrece gran cantidad de información y muchas posibilidades de compartir. Manejarse correctamente con las Tecnologías de la Información y la Comunicación es una competencia clave señalada por el MEC y hemos realizado cursos intensivos y eminentemente prácticos durante estos días. Un aprendizaje muy significativo para todos los implicados en este espacio virtual.

El miércoles 25 de marzo, nuestro grupo de familias, peques y maestra habíamos hecho un recorrido extenuante desde el tacto de la clase hasta el contacto virtual. Hemos ido pasando por momentos de cansancio y nos hemos apoyado, hemos generado tanta confianza que una madre se ha sincerado y nos ha contado su problemática, otras familias habían contado en mensajes privados, estos días he hablado con las familias de mi tutoría pero también he escuchado a madres de cursos pasados. Los problemas que nos acechan son concretos: parte de la familia superando el virus, algún ingresado en la UCI; madres o padres que trabajan en distintos sectores sanitarios, que hacen turnos largos, que llegan a casa y dejan toda su ropa en el sótano, que duermen en habitaciones separadas, que tienen que lavar la ropa del hospital en su casa, porque todo el sistema sanitario está al borde del colapso; madres con trabajos autónomos que ven en serio peligro la economía familiar; padres en el paro que se ocupan ahora de la dinámica diaria de la casa, preocupados por la economía venidera del país y del mundo; madres emigrantes solas en la ciudad y ahora sin ingresos; madres con enfermedades crónicas; madres que trabajan en residencias de ancianos con turnos de cinco días sin salir del recinto para garantizar un menor contagio a los ancianos... Hemos puesto toda la energía y alegría para apoyarnos pero el miércoles la realidad se hace presente en el grupo de comunicaciones y el apoyo a quien lo necesita se produce al instante. Gracias por esta bondad y ternura tan humana.

Estamos ante una situación inédita y completamente nueva, un terrible duelo. Sin duda perderemos mucho, algunas familias hoy ya tienen pérdidas irreparables. Cuando salimos a las ventanas todos los días a las 20.00 horas agradecemos ese trabajo entregado de nuestros sanitarios, al tiempo que agradecemos confiamos, nos apoyamos y juntos superamos una parte de este duelo. Tenemos que aprender a afrontar el dolor, este es el camino de las lágrimas, como nos diría Bucay. Por eso vuelvo a recomendar mucha tranquilidad con los temas de la escuela, claramente no son los prioritarios. Los docentes acompañamos en el aprendizaje y ahora más que nunca nuestra función ha de ser abrirles las ventanas virtuales, para que les interese conocer, para generarles ganas de aprender, para que cada cual encuentre su camino y también para que no pierdan su alegría, aunque conozcan la realidad.

Estas generaciones de los nacidos cerca del 2010 hasta los nacidos este mismo año recordarán siempre está pandemia y el confinamiento, un hecho que a los adultos nos resulta insólito, muy relevante en la vida de cualquiera. Tenemos que escuchar sus ideas y acompañar para que sigan aprendiendo porque son nuestro futuro y tal parece que la vida va a cambiar, necesitamos conciliar ideas, necesitamos bondad y necesitamos preparar a los pequeños para que resuelvan a ser posible mejor que lo hemos hecho nosotros. Se están pidiendo aplausos para los niños y niñas, sin duda se los merecen, esta prueba la están superando con sobresaliente.