Sendero Luminoso
-Rien ne se fait sans un peu denthousiasme, me alecciona Miren Vilella, con altura, desde LA NUEVA ESPAÑA del 13.05.10. Y si el entusiasmo es grande, se pueden emprender grandes cosas. Buenas y malas, pues la intensidad del entusiasmo no garantiza la bondad de las iniciativas. Hitler y Stalin fueron grandes entusiastas; acometieron y perpetraron con enorme entusiasmo proyectos inmensos. Mucha leña ardió en la hoguera de aquellos entusiasmos, bosques enteros de humanidad. Pero sobre esto habrá que volver indefinidamente, ya que es la asignatura pendiente que arrastramos del pasado siglo.
No quisiera molestar recordando que entusiasmo significa inmersión en lo divino. De ahí, tal vez, que los entusiastas produzcan la impresión de estar siempre subiendo o bajando de algún Sinaí y echando lumbre por las sienes y los ojos. Tal, sin ir más lejos, el frenético Garzón que, en su entusiasmado arrebato, ya no se sabe si es un juez o un productor compulsivo de programas de televisión. ¿No han oído a esa señora que preside el tinglado de Argentina, en alternancia con su marido? Aplicarle la ley a su amigo, el divino Garzón, supone un retroceso de la Justicia Universal; eso dijo mientras, con el ala aleve del leve abanico, se oreaba la muy fresca, sin que se le moviera un pelo, un más que improbable bochorno presidencial. Lo divino excluye el límite, por eso es arriesgado intentar parar los pies a un entusiasta; blandiendo la espada flamígera de la Justicia Universal, te fulminarán con algún improperio definitivo (de facha y fascista para abajo).
De momento, a Miren, funcionaria, a mucha honra, y jubilada, le han enfriado un poquito el entusiasmo al congelarle la pensión. La honra ya nos la habían congelado a todos al comprarnos el voto con 400 euros y con la promesa del pleno empleo. Que no cunda el desánimo; esto que el vulgo llama Los Recortes es en realidad el segundo Plan ZP; el primero fue la calderilla repartida por los ayuntamientos. Si ZP tuviese la llave de la caja de la Liga de Delos, mandaría construir una muralla de Madrid al Pireo, y se acababa el paro (como cuando Pericles). Pero la llave de los fondos europeos la tiene Ángela Merkel, esa ominosa dama de titanio, y la lleva al cuello con una cadena que esa sí que es Gürtel. Y como en la caja del gobierno solo quedaban cuatro perras, el primer plan se quedó en unas farolas por aquí, unos bancos sin respaldo por allá.
Este segundo plan que nos tiene un poco resfriados es, si bien se mira, Miren, solo un interludio entre el primero y el definitivo; la negación de la posición (thésis) que dará paso a la reposición de la posición (Synthésis). Entonces ZP realizará por fin la revolución pendiente, dejándose de templar gaitas e hincando el diente a los poderosos (n,est pas?); esos ricos malvados e insolidarios que están todos en la oposición. Será entonces Le Grand Soir en que no se pondrá el sol y ZP entrará, por el arco de triunfo del pleno empleo, en una tercera legislatura que podría durar mil años. Y el que no lo crea, será por falta de entusiasmo. ZP lo prometió y ¿alguien oyó jamás mentir a ZP? Media España le creyó y esa media España no puede ser tonta (que, de serlo, estaría en la oposición). ¿Margarita? No; Alicia en el país de las maravillas. Encore un effort, pues; inasequibles al desaliento, que la duda suele ser precursora de la letal deflagración de la verdad.
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