El PSOE perdió los años de bonanza económica
Asturias vivió entre los años 1996 y 2004, período de Gobierno de José María Aznar, un momento histórico en materia de infraestructuras del transporte que puso a nuestra región en el siglo XXI en este campo, a impulsos especialmente del que fuera ministro de Fomento entre 2000 y 2004, el asturiano Francisco Álvarez-Cascos. En esos años se produjeron logros como el impulso definitivo a todos los tramos de la Autovia del Cantábrico, la incorporación de Asturias a la red europea de Alta Velocidad ferroviaria con el comienzo de la construcción de los túneles de Pajares, la incorporación a la planificación administrativa del AVE del Cantábrico, la finalización de la conexión de Asturias con la red de autovías con la ejecución de las obras de la León-Benavente, la modernización de nuestro aeropuerto, la puesta en marcha de la ampliación de El Musel, etcétera. Fueron años en que Asturias daba un salto adelante gigantesco para dotarse de unas infraestructuras que permitieran a nuestra tierra competir en condiciones de igualdad con las regiones más desarrolladas de Europa en el gran mercado que se abría en aquellos años con la creación de la moneda única en la Unión Europea. Y esos años se aprovecharon bien.
Lamentablemente, ese impulso de modernización de Asturias se ralentizó o paró en seco a partir de 2004 con decisiones lamentables como la renuncia al AVE costero por el Cantábrico, la anulación de la contratación de los estudios informativos del trazado de la AV en territorio asturiano, la paralización del nuevo trazado ferroviario de Gijón, los retrasos en la construcción de los tramos pendientes de la Autovía de la Costa, la puesta en cuestión de la Alta Velocidad al proponer el tercer hilo para los túneles de Pajares... Lo mismo sucedió en toda España, pasándose de un esfuerzo inversor del 2,02 por ciento del PIB en el año 2004, según lo previsto en el PIT 2000-2007 elaborado por Álvarez-Cascos, a porcentajes del 1,5-1,7 por ciento en los años de Gobierno de Rodríguez Zapatero, sin que se recuperase el tono de los años de Aznar nunca; y... ahora la crisis económica hace prever un futuro de disminución de estas inversiones por muchos años.
La decisión de los gobiernos socialistas de Zapatero de ralentizar o parar las inversiones en Asturias se ha demostrado como una verdadera barbaridad, pues se han perdido años clave de bonanza económica y superávit presupuestario para concluir la puesta al día de las infraestructuras asturianas, labor que era perfectamente posible con sólo mantener la planificación hecha por Álvarez-Cascos en sus años de ministro de Fomento. Por razones nunca explicadas, se comenzó un absurdo revisionismo con Magdalena Álvarez, que quiso pararlo todo para elaborar el inútil PEIT 2005-2020 que degradó la Alta Velocidad ferroviaria decidida por los gobiernos del PP para transformar la conexión asturiana a la nunca definida categoría de “altas prestaciones”, segunda categoría ferroviaria a la que el PSOE incorporó a Asturias cuando el PIT de Cascos había -¡por una vez en la historia ferroviaria de España!- homologado a todo el noroeste con la España más desarrollada en materia ferroviaria al prever para Asturias, Galicia, Castilla y León y Cantabria una Alta Velocidad europea sin matices.
Los años 1996-2000 vieron también en Asturias un ritmo de ejecución de obras de autovía sin precedentes. Así, mientras en el período 1982-1996 de mandato socialista se construyeron en Asturias sólo 57,1 kilómetros de autovía, a un ritmo de 0,4 kilómetros/mes y con una inversión total de 312,8 millones de euros, en los años de Gobierno del PP (1996-2004) se construyeron 131,1 kilómetros, a un ritmo de 1,4 Km/mes y con una inversión de 1.014,8 millones de euros. Con los gobiernos de Zapatero se ha vuelto a los cansinos ritmos anteriores a 1996. ¡Menos mal que no hay manera de parar las obras ya licitadas o empezadas por los gobiernos anteriores!
Subtítulo: La crisis económica pasa factura a las infraestructuras y el tiempo desperdiciado no se podrá recuperar en mucho tiempo
Destacado: Nada condena a Asturias a una segunda división en ningún campo; no hay ningún destino histórico preescrito que no excluya de ser una región puntera en Europa
No es éste el lugar ni la ocasión para dar todos los detalles de esta historia de voluntades políticas distintas al servicio del esfuerzo colectivo por modernizar Asturias. Pero sí me parece de justicia recordar -a la luz de hechos como los descritos- que para Asturias el período 1996-2004 fue una ocasión única y bien aprovechada cuyos frutos parcialmente se han dilapidado por la falta de voluntad política y la indolencia de los gobiernos posteriores, que no quisieron mantener a Asturias en la prioridad inversora cuando era posible el salto histórico por la existencia de los fondos europeos, el superávit presupuestario y la bonanza económica. Ahora ya la crisis pasa factura y el tiempo perdido no se podrá recuperar en mucho tiempo.
Lamentarse sirve de poco, pero aprender de la historia parece razonable. Los asturianos sabemos que si queremos hacer algo, se puede hacer. Basta con elegir gobernantes armados de voluntad política para ello, ideas claras y capacidad de trabajo, que no subordinen los intereses de su tierra a otros no declarados ni pierdan las oportunidades. Esta reflexión, cuando se acercan de nuevo períodos electorales, quizá no sea baladí. Nada condena a Asturias a una segunda división en ningún campo; no hay ningún destino histórico preescrito que nos excluya de ser una región puntera en Europa; nada nos obliga a un pesimismo cansado y ayuno de iniciativas y creatividad.
Algunos ahora reescriben la historia, también, para borrar de los documentos el período 1996-2004 en la modernización de las infraestructuras asturianas, como ha hecho recientemente el Ministerio de Fomento en un libro sobre los túneles de Pajares, libro en el cual no aparece para nada el PIT de Cascos, que fue el que incorporó a Asturias a la Alta Velocidad, libro en el cual no se hace referencia alguna a la fecha de licitación, dotación presupuestaria y contratación de las obras de los túneles, a fin de ocultar que tales pasos se dieron bajo el mandato del ministro de Fomento Álvarez-Cascos. Pero los hechos son muy contundentes. Y yo he querido recordarlos para refrescar la memoria de algunos olvidadizos y alertar a quienes no quieran ser engañados.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo