Señor Barbón, ¿qué pasa con el pago del turno de oficio?
Comenzamos el mes de abril y los abogados adscritos al turno de oficio seguimos exactamente en la misma y penosa precaria situación de impagos económicos debidos por la Administración asturiana, queriendo precisar que esta situación la extrapolo en idéntica medida a todos los procuradores de los tribunales, en igual situación.
En estos tiempos inéditos y que nadie había vivido con anterioridad por la pandemia del COVID-19 o Coronavirus, que nos está dejando miles de desgraciados fallecidos, resulta que los últimos decretos del Gobierno de España incluyen a abogados y procuradores como actividades o trabajos esenciales, entre ellos los abogados adscritos a la asistencia al detenido y el turno de oficio. Me parece muy bien. Lo que en modo alguno parece aceptable –y creo que hablo en nombre de muchos compañeros abogados y procuradores– es que esa función esencial que ahora no se tiene más remedio que reconocer no se corresponde ni con la cuantía de las retribuciones de tal función esencial ni, mucho menos aún, con el sistema de pago por los servicios prestados profesionalmente.
Entrando en el meollo del problema, esta carta va dirigida muy concretamente al señor Barbón y a la consejera de Presidencia, doña Rita Camblor Rodríguez, entre cuya Consejería figura la Administración de Justicia. Para empezar, pareciera que el colectivo de abogados del turno de oficio y de asistencia al detenido no existimos. Debo aclarar que, a día de hoy, la referida Consejería nos adeuda el cuarto trimestre del año 2019. Todo dirigente público se refiere a cualquier colectivo salvo al nuestro, como si los abogados “viviéramos del aire” o “el dinero nos cayera del cielo”. Lo suyo, y parece de Pero Grullo, es que nuestro colectivo realice su trabajo siendo este computado por trimestres y, de inmediato, perciba las retribuciones al trabajo realizado en ese trimestre.
Y es que hay abogados y abogados y puedo asegurar que la inmensa mayoría de los compañeros que nos dedicamos a una labor social de la abogacía, si no fuera por otros clientes particulares, apenas podríamos vivir de nuestra profesión y lo hacemos por vocación a esta hermosa profesión del “advocatus” y pese a todos los obstáculos, que cada día son más.
Por todo ello, insto al presidente del Principado y a su consejera aludida a que de forma urgente abonen el cuarto trimestre del año pasado y convoquen una reunión no solo con los Colegios de Abogados, sino también con los abogados del turno de oficio que deseen asistir a fin de articular un método simple de pagos puntuales, aumento de los mismos, así como, en su caso, adelantos puntuales que algún compañero pueda precisar en un momento de mala racha que a todos puede ocurrir. Sean coherentes con el ideario político que dicen tener y actúen en consecuencia con el mismo de forma inmediata.
Por último, informar al lector de que esta misma situación que padecemos en Asturias es extrapolable al resto de España si bien, como suele ocurrir, con diferencias entre autonomías, por lo que no me parecería descabellado que, al menos en lo referente a las retribuciones económicas, fuera el Ministerio de Justicia quien asumiera esta responsabilidad de pago igual para toda España, con puntualidad y retribuciones a la altura de la función esencial que realizamos en un ordenamiento jurídico que debe ser Social y Democrático.
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