Cine para pasar la pandemia del coronavirus

Durante este episodio sanitario que nos acecha, y que nos tiene confinados en nuestras casas, el mejor remedio es ver películas de cine, pero cine del bueno, las películas de hace cincuenta y sesenta años, incluso más, como es el caso de “Lo que el viento se llevó”. Poseo una colección de películas en soporte DVD, de títulos que se han convertido en auténticas joyas del séptimo arte. Tener la suerte de poder ver en casa películas como “El puente sobre el río Kwai”, “Duelo de titanes”, “Los diez mandamientos”, “Horizontes de grandeza”, “Gigante”, “Ben-Hur”, “El Cid”, “Éxodo”, “Vencedores o vencidos”, “Río bravo”, “Raíces profundas”, “El día más largo”, “Cleopatra”, “Casablanca”, “La jauría humana”, “En el calor de la noche”, “El mayor espectáculo del mundo”, “Patton” y un largo etcétera de títulos que ocuparía mucho espacio destacar.

Algunos de estos títulos los he visto un montón de veces y no me canso de repetir. Uno de ellos es “Ben-Hur”, que fue el mayor éxito en los años sesenta y siguientes. Esta película la comparan con la de “Los diez mandamientos”, la obra cumbre de Cecil B. de Mille, que también la vieron millones de espectadores. Estas dos obras maestras pecaban de un defecto común, su excesivo metraje, más de tres horas y media de duración. Otro título que también destacó en esos años fue “Espartaco”, protagonizada por Kirk Douglas, que también era el productor de la película.

Mención aparte merece el género del western americano, empezando por “Horizontes de grandeza”, en mi opinión, la mejor de este género. Su director, William Wyler, fue galardonado con el “Oscar” por su brillante trabajo en la realización de “Ben-Hur”. Hay otros títulos que son clásicos como “Raíces profundas”, “Río bravo”, “Duelo de titanes”, “Eldorado”, “Los siete magníficos”, “La diligencia” y otros muchos más títulos que no recuerdo, aunque tampoco los vi. No hay que olvidar el “spaghetti western”, sobre todo los títulos de Sergio Leone, “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”. Este mismo director probó suerte en Hollywood con una sola película, “Hasta que llegó su hora”, pero no tuvo el mismo éxito que con las otras tres, a pesar del elenco estelar que presentaba, entre los que destacaba Henry Fonda. Le acompañaba Claudia Cardinale.

Otro género muy explotado fue el cine bélico. Hubo muchas películas dedicadas a la Segunda Guerra Mundial, tanto en Europa como en el Pacífico. De las que he visto, la más antigua es “30 segundos sobre Tokio”, con Spencer Tracy como principal actor y Van Johnson como actor revelación. En los años sesenta y setenta se realizaron varias películas importantes, como “El día más largo”, de tres horas de duración. “La batalla de las Ardenas”, “Tora, tora, tora”, “Patton”, “La batalla de Midway”, “De aquí a la eternidad”, “Los cañones de Navarone”, “Salvad al soldado Ryan”; esta es del año 1996. De este siglo destaca el título “Pearl Harbor”. En la década de los años cincuenta, también se hicieron películas de este género, entre las que destaca “El puente sobre el río Kwai”. Aunque no era de este género, merece destacar una película que trataba sobre los juicios de Nuremberg que se tituló “Vencedores o vencidos”. El reparto estelar era de lo mejor de aquellos años. Spencer Tracy, Richard Widmark, Burt Lancaster, Maximilian Schell, Montgomery Clift, Marlene Dietrich, Judy Garland y otros relevantes actores secundarios.

Sobre esta última película quiero destacar el extraordinario trabajo de los actores de doblaje españoles, que dieron su voz a los actores del citado título. Con esto no quiero decir que otros títulos no tuvieran un buen doblaje de voces. Dichos actores, pertenecientes a los estudios Voz de España, en Barcelona, también pusieron su voz en otras películas y tenían, como es lógico, nombre y apellido, aunque estos no aparecían en los títulos de crédito de los filmes. Felipe Peña dio su voz a Spencer Tracy. Juan Manuel Soriano se la dio a Richard Widmark. Arsenio Corsellas a Burt Lancaster. Manuel Cano a Maximilian Schell. Rogelio Hernández a Montgomery Clift. Elsa Fábregas a Marlene Dietrich, y Rosa Guiñón a Judy Garland. En este mismo equipo estaba Ramón Navarro, que dio voz a Charlton Heston en “Los diez mandamientos”, “Ben-Hur” y “El Cid”. En estos estudios se doblaron películas de la Metro, la Warner, Paramount, Universal y Twenty Century Fox, principalmente. Tristemente estos actores de doblaje ya han desaparecido, igual que lo hicieron los actores a los que dieron su voz. También en Madrid había otros estudios de doblaje, como Fono España, a la que pertenecían Félix Acaso, Teófilo Martínez, José Guardiola, Francisco Sánchez, Ángel M.ª Baltanás, Constantino Romero, Pepe Mediavilla, Francisco Valladares, etcétera. Tampoco me olvido de Rafael Luis Calvo, que puso su voz a Clark Gable en “Lo que el viento se llevó”, “Mogambo”, “La esclava libre”, “Los implacables” y otras muchas. Otro actor de doblaje que no he nombrado es José Luis Sansalvador, que dio voz a George C. Scott en “Patton”, entre otros.

De las películas policiacas, que no son mis preferidas, destaco dos, “Testigo de cargo” y “En el calor de la noche”. Esta última no me canso de verla. Las discusiones entre Sidney Poitier y Rod Steiger no tienen desperdicio. Dos grandes actores en un embrollo policial con sorpresa final.

Hubo muchos más títulos de películas, cómo no, que merecen un recordatorio, por ejemplo, “La vuelta al mundo en ochenta días”, protagonizada por David Niven y Cantinflas. De todas formas, aunque en cada casa haya una filmoteca con cientos de películas, lo más saludable es pasear, tomar unos culinos de sidra o ir a donde mejor se ven las películas, en un cine. Esperemos que esta crisis sanitaria acabe cuanto antes y volvamos a la normalidad ciudadana.