La higiene y la ley de la gravedad
Como afectado por el bando municipal emitido por el Ayuntamiento de Gijón y, rubricado por la alcaldesa, Ana González, para regular los paseos de los perros durante el estado de alarma, manifestar mi total apoyo, es más, no debería ser aconsejable llevar botella de agua con detergente para limpiar la orina en las aceras, tendría que ser obligatorio con la que está cayendo y nunca mejor dicho.
Últimamente vemos muchos aplausos por las ventanas y los balcones de nuestro barrio, que muchas veces son focos de infección y trasmisión vírica cuando aplicamos la ley de la gravitación universal, o simplemente, ley de la gravedad, que establece la fuerza con la que se atraen dos cuerpos por el simple hecho de tener masa.
Por sus huecos desechamos nuestra inmundicia a nuestras calles: sacudimos manteles, alfombras, tiramos colillas, etcétera... dejando nuestras casas más relucientes que el cáliz de la iglesia, basta con preguntar a cualquier trabajador de Emulsa.
No vamos a entrar en los inconscientes que alimentan desde sus ventanas a las gaviotas y palomas, portadoras de organismos patógenos, ni en los ignorantes que van a alimentar a los aguarones del rio Pilón (los hay como gatos de grandes) pensando que van a dar pan a los patos.
En nombre de Isaac Newton, solicito un endurecimiento de estas ordenanzas si es que existen.
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