España es una ganga
El inmenso destrozo económico producido por los efectos del COVID-19 va a significar la ruina para muchos países, que no van a poder superar de ninguna manera el impacto tan brutal de una circunstancia totalmente imprevista.
El nivel de endeudamiento va a ser de tal calibre que habrá muchos de ellos que no tendrán otra opción que declararse en bancarrota y ofrecerse al mercado como una oportunidad en potencia.
No me cabe ninguna duda de que uno de los países que pueden verse involucrados en esta tesitura es el nuestro, nuestra querida España, que va a salir muy tocada, si no hundida, por las consecuencias mencionadas.
Pero no hay que desesperar.
Los españoles somos, en general, buena gente, honrada y trabajadora, algunos más que otros, con una esperanza de vida de las más altas del mundo, un pueblo alegre, con un clima excepcional y una oferta gastronómica y turística extraordinaria.
Somos, realmente, un auténtico chollo para alguno de los múltiples fondos de inversión que atesoran miles y miles de millones de dólares y que no saben qué hacer ellos. También podríamos ser una inversión muy tentadora para grandes visionarios como el gurú Tim Cook, de Apple, o Jeff Bezos, de Amazon, que han construido un imperio universal y que podrían hacer de España un producto muy rentable, que incluso, en un momento dado, se podría franquiciar. Quizá también podrían entrar en la puja Bill Gates o el propio Amancio Ortega, que ha demostrado sobradamente lo que puede en poco tiempo hacer partiendo de la nada.
No sé qué pensarán de esto mis compatriotas, pero yo personalmente prefiero que me manejen unos iluminados de incuestionable éxito empresarial que unos impresentables que se lo guisan y se lo comen entre ellos sin importarles un pimiento el resto del personal. Y así nos va.
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