Parte de guerra
Dirigía el capitán del Ejército español el montaje de un hospital de campaña en Sabadell cuando irrumpió en él el “procés” con la intención de paralizar las obras. El capitán al mando preguntó por el motivo por el cual se abortaba la misión, a lo que se le informó, teniendo en cuenta que el Govern opina que el Ejército español actúa solo en zonas infantiles y no de guerra, de la debilidad estructural de dicho hospital, aunque, parecía más, para cambiar la apariencia marcial de la estructura por un decorado amarillo catalán, más estelar. Lo cual corrobora que, a los síntomas típicos de sobredosis por separatismo: caminar pausado provocado por paseos cortos entre fronteras imaginarias muy delimitadas, y hablar balbuceante por ingesta masiva de inquinita, debemos añadir ahora la de proceder irresponsable con la salud de la población, disponiendo del tiempo, del que carecen los ciudadanos, para aleccionar a su población. Se redacta informe y se envía a Capitanía General poniéndola en aviso de que la adicción a la separación se ha generalizado sin control entre muchos cargos catalanes que no respetan ni la enfermedad ni, al parecer, la edad, pues recomiendan a los mayores, independentistas o españolistas ya no importa, abstenerse de malos hábitos, como, tratarse en el hospital para evitar morir cuando lo pueden hacer heroicamente en su hogar. En fin, que, si no es posible la calma en la enfermedad, en la salud nos espera la tempestad.
Firmado: el capitán.
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