La psicosis del estado de alarma
Se repite una y otra vez que España es un gran país, se repite el mantra de que juntos saldremos de esta, y lo haremos más reforzados. Se dice también que ha salido a relucir lo mejor de las personas, como la solidaridad. Pues bien, si quieren creer eso, ustedes mismos. España fue un gran país hace siglos desde el punto de vista de la época de entonces: las conquistas y el dominio en el mundo que llevó a convertir a nuestra lengua en la segunda más hablada del mundo (no cuento a los chinos, que esa es otra historia). Pero esta crisis está demostrando que los españoles no somos tan maravillosos como nos creemos. También ha aflorado lo peor del ser humano, las delaciones, las acusaciones de tus propios vecinos: que si hoy salió dos veces o que no aplauden en los balcones a las ocho, y la desconfianza y el recelo, ¿les suena a los que vivieron la Guerra Civil? El sentimiento se ha impuesto sobre lo buenos que somos, pues el miedo y la psicosis. Personas que cuando te cruzas con ellas miran hacia abajo, que esperan pegados a la pared hasta que pases, con guantes de látex y mascarillas, que seguro son los mismos que usan todos los días y piensan que están protegidos, eso es una barbaridad, tendrían que ser de usar y tirar, por eso los hospitales utilizan millones, que además no tienen ni idea de quitarlos, tengo familia en la sanidad y sé de lo que hablo; y luego si tú no vas disfrazado como ellos, piensan que eres un insolidario que hay que denunciar. Se ha llegado a tal punto, simplemente porque los españoles somos un pueblo aborregado, ignorante y sumiso. Y digo bien, sumiso, porque en toda nuestra historia solo hemos sido capaces de tener 40 años de democracia, y así y todo hemos permitido atropellos y expolios de todos los partidos políticos, que en un país con verdadera tradición democrática y con dignidad tendrían consecuencias penales; como por ejemplo, este Gobierno que gracias al miedo, a la ignorancia, a la falta de preparación del pueblo español, está lentamente cercenando las libertades individuales, eliminado la clase media, estrangulando la economía, para que después les agradezcamos el mendrugo de pan que nos dé el Estado. Señores, los regímenes comunistas y fascistas han empezado siempre así. El pueblo español sería un gran pueblo si hiciese uso de su poder. La toma de la Bastilla, metafóricamente hablando, no es contra la monarquía, sino contra el Gobierno existente, para el que nadie exige responsabilidades penales, no solo por los muertos que hay y que van a llegar, sino por la ruina económica en la que ha dejado y va a dejar a millones de españoles. No basta con aplaudir a las ocho de forma anestesiada, es necesario pelear, luchar por nuestros derechos, por lo que nos pertenece, pero no lo hacemos, miramos lo que pasa y nos quejamos de lo malos que son los políticos, y hacemos y aguantamos como borregos lo que nos dicen, y nada más. ¿Saben por qué?, porque no somos tan maravillosos como nos creemos, también somos cobardes.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo