Tengo un ombligo que no me lo merezco
Estoy preocupado porque me han dicho muchas veces que no me mire tanto el ombligo y no acabo de entenderlo. Reconozco que de pequeño me sacaba pelotillas, pero no era consciente de mirármelo tanto. Debe ser un acto reflejo, inconsciente. Sí que es cierto que cada vez que me ducho y me seco frente al espejo, no sé por qué, me quedo un rato mirándolo embobado. Solo de pensarlo me da un poco de vergüenza y me pongo hasta colorado yo solito, pero no lo puedo evitar.
Como voy a tener tiempo de sobra estos días, quiero verlo a conciencia, a fondo. He comprado en Amazon una lupa de gran aumento, con luz, que no es una lupa cualquiera, es una señora lupa, con la que voy a comprobar si tiene algo especial, diferente, si presenta algún síntoma que produzca tal magnetismo.
Con la lupa he podido comprobar que no es nada del otro mundo, es un ombligo normal y corriente, pero es mi ombligo y tengo todo el derecho a mirármelo cuando me apetezca, digan lo que digan. Y a partir de ahora lo voy a hacer a conciencia, porque acabo de descubrir por qué lo miro tanto. Con la lupa lo he visto claro. Tengo un ombligo que no me lo merezco. Un señor ombligo, un ombligo de bandera, y que salga el sol por Antequera.
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